Durante 19 años un hombre pensó que fue el padre biológico de un joven, hasta que descubrió, de manera fortuita, que no lo era.

Por esta razón decidió demandar a la madre de quien pensaba era su hijo, por haberlo mantenido engañado durante todo este tiempo.

A pesar de revelarse la verdad, la Corte Suprema rechazó los recursos de casación que fueron interpuestos por el hombre.

Según señaló Bío Bío, el afectado interpuso una primera demanda en un tribunal de Rancagua para solicitar indemnización “por responsabilidad extracontractual”.

Sin embargo, la demandada desconocía los hechos, señalando que mientras estuvo con el demandante, mantuvo un único encuentro con quien es el verdadero padre de su hijo. Asimismo, complementó que nunca actuó con dolo.

En la primera instancia, el tribunal condenó a la mujer a pagar la suma de 20 millones.

El fallo sostenía que “la demandada mantuvo engañado al actor (demandante) por 19 años antes de la fortuita revelación de la verdadera identidad del padre del hijo que aquel creía suyo. Esto, en circunstancias que debió -al menos- comunicar en su momento al demandante que mantenía relaciones sexuales con otras personas, y al mismo tiempo que con él, a efectos de tomar las medidas necesarias en el tiempo oportuno respecto de la determinación de la paternidad”.

En un segundo episodio judicial, la Corte de Apelaciones de Rancagua determinó revocar la decisión del tribunal, debido a que “(…) el derecho resarcitorio entra en colisión con el derecho fundamental de la libertad de las personas, que no puede quedar limitado al tratar de imponer por la vía del resarcimiento conductas de un alto contenido ético o moral, imponiendo penas económicas en función de su conducta, cuando esta se aleja de las reglas morales socialmente establecidas”.

El demandante interpuso en la Corte Suprema un recurso de casación sobre el último fallo, donde aseguró que no se señalan “fundamentos jurídicos de su decisión”.

Finalmente, el Tribunal Supremo rechazó el recurso interpuesto por el demandado.