En abril de 2011, Magdalena Alejandra Torres Contreras, confesó el infanticidio de dos de sus hijos poco después de nacer. Sus cuerpos los ocultó en un tambor metálico, en la comuna de Cerrillos.
En ese entonces, el caso conmocionó el acontecer nacional debido al crudo relato, luego de que un sobrino la motivara a revelar los crímenes a sus 36 años.
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Según informó BioBioChile, la acusada aseveró que lo hizo porque no tenía dinero para mantenerlos, además de que no sabía quiénes eran sus padres.
De acuerdo a los antecedentes, el primero de los hechos ocurrió en 2008, cuando tras varias noches de fiesta, quedó embarazada de un sujeto desconocido.
En ese sentido, Torres aseguró en su formalización que intentó abortar al feto sin éxito, motivo por el que mantuvo oculto el proceso a sus familiares, amigos y empleadores.
Para desviar la atención, la acusada aseguró tener una enfermedad al colon, y un tumor, mientras utilizaba ropas anchas y faja, para así mantener en secreto su estado.
Cuando su gestación llegó a término, decidió dar a luz en el inodoro de su casa, la cual compartía con sus otros tres hijos, y optó por ahogar al recién nacido tirando la cadena en reiteradas ocasiones, para luego ocultarlo dentro de un tarro de metal en el mismo inmueble.
Supuesto infanticidio de gemelos
Asimismo, la mujer relató a lo largo del juicio que la situación se repitió en 2010, cuando nuevamente quedó embarazada de un hombre desconocido, y decidió ocultar su estado.
En ese contexto, Magdalena ocupó las mismas excusas que en la primera oportunidad, hasta que llegó el día del parto, el cual se produjo al interior de una de las habitaciones de la casa.
“Acto seguido, la acusada cortó el cordón umbilical, realizando diversas acciones tendientes a terminar con la vida del recién nacido, lo que finalmente logra, produciéndose el deceso”, explicaron en el juicio desde Fiscalía.
Sin embargo, el Ministerio Público manifestó que en aquella fecha quedó embarazada de gemelos, debido a que encontraron tres cuerpos al interior del tarro metálico donde ocultó al primer recién nacido.
Debido a ello, aseveraron que la mujer ahogó a ambos neonatos en el lavatorio del baño de la vivienda, para posteriormente deshacerse de ellos.
Término del caso
Tras la investigación, y la realización del juicio, Magdalena Torres fue sentenciada como culpable de dos de los tres infanticidios, luego de que no se acreditara un tercer embarazo ni el tiempo de vida de su hijo.
Ante ello, Fiscalía solicitó una pena 15 años de cárcel para la acusada, mientras que la defensa pidió que fuese de solo 3 años y un día de presidio, a cumplir bajo la modalidad de libertad vigilada, producto de su irreprochable conducta anterior, además de su colaboración.
La abogada de Torres, María Celeste Jiménez, expresó en aquella oportunidad que eran “atenuantes objetivas, y que en ese contexto deben entenderse; denunciarse de los delitos, pudiendo no haberlo hecho, (…) ella asumió todo lo que significa la posibilidad de una condena en esta causa”.
Sin embargo, para el fiscal en jefe de Maipú, Tufit Bufadel, no fueron suficientes las supuestas acciones de la imputada.
Finalmente, Torres recibió en agosto de 2012 una condena de 10 años de presidio sin beneficios, tras encontrarla culpable de haber cometido dos de los infanticidios.
Producto de ello, la imputada quedaría en libertad durante los próximos meses.
