Fue el 24 de enero de 2009, la última vez que la familia de Marta del Castillo la vio con vida, en la localidad de Sevilla, Andalucía, España.

Aquella tarde, la joven de 17 años salió de su casa para aclarar unos asuntos con su amigo Miguel Carcaño, quien la pasó a buscar en su moto.

A 12 años de la enigmática desaparición, siguen surgiendo nuevos antecedentes en torno a los sospechosos, luego que Netflix estrenara recientemente su documental ¿Dónde está Sara?.

El caso de Marta del Castillo marcó un antes y un después en la justicia española, y desató una serie de manifestaciones que marcaron un precedente.

19 días después de su desaparición, la Policía detuvo al primer sospechoso. Se trataba de Miguel Carcaño (20), amigo de la joven, con quien había tenido una breve relación. Junto a él, la policía detuvo a Samuel Benítez, un amigo del sujeto.

Miguel Carcaño
EFE

La primera versión en el caso de Marta del Castillo

En su primera declaración, Carcaño aseguró que dejó a Marta en su domicilio la tarde de su desaparición, y negó cualquier vínculo con el crimen.

Sin embargo, posteriormente aseguró que tras una acalorada discusión en su casa, golpeó a la joven en la cabeza con un cenicero de cristal de gran tamaño. “Le pegué así (en un costado), pero no hice demasiada fuerza”, señaló, según consigna el diario electrónico El Confidencial.

Luego de verificar que no tenía signos vitales, Carcaño señaló que con ayuda de su amigo (Samuel Benítez), arrojaron el cuerpo de Marta el río Guadalquivir, desde un puente.

Tras esa importante declaración, la Policía desplegó una incesante búsqueda en el lugar, pero luego de 5 jornadas de inmersiones, no hallaron nada.

Cabe señalar que en ese transcurso también se detuvo a Francisco Javier García, alias “El Cuco” (17), y a Francisco Javier D.M, hermanastro de Carcaño, quien fue liberado más tarde.

Padres Marta del Castillo
EFE

Tercera, cuarta y quinta versión del crimen

El 17 de marzo Carcaño cambió su declaración, asegurando que el cuerpo había sido arrojado a un contenedor de basura. Eso generó un operativo en el vertedero de Alcalá de Guadaíra. Lamentablemente, tampoco hubo resultados.

Fue así como el acusado entregó una cuarta versión de los hechos, donde aseguró que tras consumir drogas y alcohol junto a “El Cuco”, ambos asesinaron a Marta tras violarla y asfixiarla con un cable, según consigna el diario El País.

Cabe señalar que durante ese transcurso, Carcaño emitió una quinta versión, donde detalló que mató a Marta tras discutir por la relación que ambos habían mantenido.

Repitió que había golpeado a Marta con un cenicero y a continuación sus amigos, Samuel Benítez y “El Cuco”, trasladaron su cuerpo mientras él limpiaba las huellas de sangre, por lo que desconocía su paradero.

Si supiera de verdad dónde está el cuerpo lo diría“, concluyó el acusado en la última sesión, descartando la violación.

Miguel Carcaño
EFE

La versión de la justicia

En enero de 2011 inició el juicio en contra del joven de 17 años, por la violación y asesinato de Marta del Castillo. Exactamente tres meses después, el joven fue absuelto de los delitos, pero sí fue condenado por encubrimiento, debiendo estar tres años ingresado en un centro de menores.

Carcaño por su parte, fue condenado a 20 años de cárcel solo por asesinato, al no comprobarse que la víctima fue agredida sexualmente.

Según la sentencia, el imputado junto a “El Cuco”, trasladaron el cuerpo de la joven en una silla de ruedas hasta un auto, para posteriormente deshacerse de él. Asimismo, tras limpiar su hogar, Miguel se fue a la casa de su novia para “aparentar normalidad”, y luego regresó a su casa durante la noche.

Un giro inesperado

Cinco años después de ser condenado, el padre de la joven sevillana, Antonio del Castillo, visitó al joven, quien le confesó que el cuerpo de su hija estaba enterrado en una carretera secundaria cerca de La Algaba y que fue su hermano, Francisco Javier Delgado, quien lo sepultó allí. Al igual que en el resto de las versiones, tampoco se encontró nada.

Actualmente Miguel Carcaño cumple condena en el Centro Penitenciario Sevilla II, en Morón de la Frontera, mientras que la ubicación del cuerpo de la víctima sigue siendo un misterio.