Luego de que un jurado popular compuesto por 12 ciudadanos mendocinos, declarara culpable al israelí Gilad Pereg, conocido como el ‘hombre gato’, por el doble femicidio de su madre y de su tía, el tribunal lo condenó a prisión perpetua.

El ahora condenado a por lo menos 35 años de prisión de cumplimiento efectivo, escuchó el veredicto y la pena en la sala del juicio, sentado y en silencio. Finalmente, se retiro cabizbajo del juicio.

Antes de conocerse el veredicto, el fiscal Fernando Guzzo había pedido a sus miembros que declaren culpable a Gil Pereg. Entre los argumentos señaló que cometió un “asesinato despiadado” con “plena consciencia de la criminalidad de sus actos”.

El israelí llegó al juicio acusado de “homicidio agravado por el vínculo” de su madre, Phyria Saroussy (63), y el homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego de su tía Lily Pereg (54). Ambas asesinadas en enero de 2019, en la provincia de Mendoza.

En tanto, por el lado de la defensa habían solicitado al jurado que lo declaren inocente, basando su pedido en que la pericia de psicólogos y psiquiatras sobre el acusado determinaron que padece parafrenia (delirio crónico, que puede o no acompañarse de alucinaciones) y, por lo tanto, debe ser considerado inimputable. Caso contrario, habían pedido que lo declaren culpable por el delito de “homicidio atenuado”.

En esta última jornada del juicio, tras escuchar los alegatos, el israelí hizo uso de sus últimas palabras y dijo: “A mí me están culpando a la fuerza. Intentan decir que hice cosas que yo no hice”.

Y agregó: “Buscaron la forma de acusarme de la desaparición (de mi madre y mi tía), por eso me hicieron los allanamientos y me secuestraron las armas”.

Gil Pereg, en su versión de los hechos, señala a la policía y a la fiscalía como quienes “plantaron los cuerpos y no voy a creer que mi madre está muerta hasta no ver el cuerpo”.

Recordemos que el sujeto fue detenido el 25 de enero de 2019 en su casa de Guaymallén, Mendoza, acusado del doble femicidio de su madre y tía. Este ciudadano de nacionalidad israelí vivía solo, aunque en compañía de casi 40 gatos.

La policía encontró enterrados, en el predio donde vivía, los cuerpos de su madre (63), estrangulada, y su tía (54), asesinada de tres tiros.