A menos de 72 horas de que el Gobierno de Chile decretase la militarización en la zona sur del país y en momentos en que el llamado “conflicto mapuche” está más enconado que nunca, el líder de la resistencia indígena Héctor Llaitul asegura en una entrevista con Efe que “la guerra no le conviene a nadie”.

El fundador de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), una de las organizaciones más antiguas e importantes del movimiento “autonomista” mapuche y reconocida por numerosos actos de violencia, respondió a las acusaciones de “terrorismo” emanadas en su contra y definió su lucha como de “resistencia, autodefensa y reconstrucción del pueblo nación mapuche”.

Un problema enquistado en Chile ante la falta de respuesta histórica a los reclamos territoriales mapuches ha desencadenado una escalada de violencia en los últimos años en las regiones sureñas de La Araucanía, Los Ríos y Biobío, con ataques incendiarios a camiones y predios de propiedad privada, que en ocasiones han causado víctimas mortales.

La entrevista de Efe con Llaitul, cuyo escenario fueron dos predios “recuperados” por los mapuches a las forestales, destila una justificación de la “violencia política” para devolver a su pueblo las tierras que consideran ancestrales y en las que ahora operan empresas extractivistas. Reivindica la reconstrucción de la cosmovisión indígena y la búsqueda de una salida al conflicto con la ayuda de observadores internacionales.

Irrumpieron en 1997 con la quema de tres camiones en Lumaco, ¿cómo nace la organización y cuál es su objetivo?

“La aparición de la CAM en la escena sociopolítica chilena se da en el marco de la lucha mapuche por la reivindicación territorial y política, tiene que ver con una disrupción del movimiento autonomista mapuche que tiene como pretensión hacer frente a un sistema de opresión, entendiendo que esa realidad tenemos como pueblo originario”.

¿Cómo deciden hacerle frente a ese sistema?

“Por la vía de los hechos. Nuestro pueblo fue despojado de su territorio en una campaña político-militar de dos Estados: en Argentina se conoce como la Campaña del Desierto, aquí como la Pacificación de La Araucanía. A partir de ese hecho aciago la demanda por recuperación de tierras siempre ha estado presente”.

Acción directa…

“El punto es cómo lograr avances sustantivos en materia de la recuperación territorial y política teniendo claras las condiciones de lucha. Eso explica la aparición de la CAM por la vía de la acumulación de fuerzas para el antagonismo en contra del Estado capitalista, de formato colonial, que niega nuestro derecho fundamental a la autonomía y el territorio”.

El Gobierno chileno los señala en reiteradas ocasiones como una organización terrorista, incluso se habla de narcoterrorismo, ¿cómo responde a esas acusaciones?

“Esos son conceptos que se han acuñado desde el discurso oficial en complicidad con los medios de comunicación al servicio de la derecha, que son precisamente controlados por los grupos económicos. Nosotros no tenemos nada que ver con acciones de terrorismo ni tampoco con narcotráfico, esa es una torpeza”.

¿Cuál es la intención, a su juicio?

“Denostarnos, pretenden demonizar diciendo que la causa mapuche es terrorista. La CAM no ha matado absolutamente a nadie de las personas con las que tenemos confrontación”.

¿Esa es una definición política?

“Nosotros hacemos sabotaje, no violencia irracional. No atacamos agricultores ni a la sociedad chilena en general. De hecho, en el último tiempo nos han endosado responsabilidad respecto de crímenes en los que no hemos tenido nada que ver y hemos sido muy claros a la hora de negar nuestra participación”.

Pero sí reivindican la violencia política…

“La asumimos como absolutamente necesaria a la hora de confrontar un sistema de opresión que nos arremete también en un plano de violencia política, no solo a la hora de las persecuciones o la criminalización sino a nivel estructural a la hora de la negación de derechos”.

¿Le consta a la CAM que existen grupos paramilitares en la zona?

“El paramilitarismo es una realidad que está presente en el conflicto. También se ha expresado en el último tiempo en la participación que tienen las forestales con comunidades mapuche, lamentablemente. Hay una suerte de paramilitarismo mapuche que está al servicio de las forestales. Y esa realidad es dolorosa decirla, pero existe”.

Los hechos que más se conocen son los ataques a maquinaria, las tomas de predios. ¿Cómo se expresa la línea de reconstrucción del pueblo nación mapuche que se plantea desde la CAM?

“Somos conocidos por reivindicar acciones de sabotaje en contra del extractivismo; sin embargo, también desarrollamos toda una línea estratégica de reconstrucción nacional: hablamos de la reconstitución del mundo mapuche en un sentido social, político, ideológico, en lo cultural y cosmovisionario”.

¿En qué consiste ese mundo?

“Es reconstruir lo que nos legaron los antiguos, un tipo de forma de vida que aún persiste, incluso en estos tiempos vendría a ser como la salvaguarda para una visión más humanitaria, más justa para vivir, de entender la vida en esta relación hombre-naturaleza”.

“Hoy las empresas forestales controlan más de 2,5 millones de hectáreas en la zona, ¿cuánto territorio poseen las comunidades?

“No hay un catastro con tanta precisión. Lo que tenemos más claro es que la presencia forestal en territorio ancestral mapuche es en proporción seis veces más que todo lo ocupado por nuestra gente”.

¿Qué salidas le ve al conflicto?

“Existe un temor profundo a asumir este conflicto de una forma seria y la derecha lo reemplaza por la política del garrote, sin desarrollarlo con la altura que merece. La reivindicación territorial va a seguir y esto no debiera tener un resultado de más violencia o más confrontación, la guerra a nadie le conviene”.

¿Están dispuestos a sentarse a dialogar?

“Siempre hemos sostenido que estamos con una disposición a establecer algún diálogo en búsqueda de una solución política a un nivel correspondiente porque tenemos razones de fondo, que son históricas”.

¿Bajo qué condiciones?

“Debe ser con garantías, donde tengan participación organismos internacionales que tengan una trayectoria en velar por los derechos humanos y por la lucha de los pueblos originarios, ya sea ligados a la ONU u organismos dependientes de Estados que tengan ciertos compromisos con esos valores y principios establecidos en la declaración universal de DD.HH inclusive”.

No es la primera vez que hace ese llamado…

“Tendríamos la posibilidad de dar cuenta de la realidad y ese es uno de los grandes temas que a nosotros nos importa. Y eso es el temor que tiene este Estado, porque ellos tienen la función de esconder esa realidad, hacia afuera principalmente”.

¿Por qué?

“Porque existe esto, forestales arrinconando comunidades, políticas extractivistas en demasía, una devastación del Wallmapu (territorio ancestral mapuche) y esto no da para más en definitiva. Caso contrario, nosotros nos vamos a encontrar nuevamente en el terreno, vamos a hacer la resistencia necesaria para afrontar todo lo que se venga”.