Ernesto Abello es un joven de 28 años que sobrevivió al brutal caso de doble secuestro, torturas y homicidio ocurrido en Collipulli, región de La Araucanía.

Recientemente, la víctima decidió hablar sobre lo ocurrido en T13, donde entregó crudos detalles de los días de terror que vivió en mano de los delincuentes.

Abello indicó que todo comenzó el 2 de junio, cuando María Ancalaf, matriarca de la comunidad Choin Lafkenche, lo llamó para decirle que fuera a su casa, ya que “tenía la camioneta mala y necesitaba mover una leña”.

Una vez allí, el joven indicó que comenzó su pesadilla. “Me bajo, me golpean con un hacha, me pegan un hachazo en la cabeza, después me empiezan a hacer reiteradamente torturas”, aseguró.

De acuerdo a Abello, las torturas se prolongaron durante una semana y media. Lo acusaban de robar armas y drogas.

“Todos los días nos torturaban, nos preguntaban cosas. Nosotros inventábamos cosas para poder salir de ahí, porque ellos nos decían que si no podían recuperar las armas, nos iban a matar”, afirmó.

Ernesto señaló que nunca supo dónde lo tenían secuestrado, pues siempre lo tuvieron con la cabeza cubierta. Además, no podía moverse mucho debido a las agresiones que sufrió.

“(Me) pegaron muchos palos, chuecazos, cosas de caballo como riendas, látigos. Me echaron fuego en la boca. Muchas cosas”, agregó.

“Lo único que querían eran las armas. Decían que iban a matar a toda mi familia, que ellos tenían mucho poder. Y nosotros no teníamos cómo entregarles eso, si nosotros nunca las tuvimos”, aseveró.

El escape

Ernesto Abello relató que logró escapar cuando sus captores dormían, bajo los efectos de las drogas y el alcohol.

“No recuerdo mucho, pero yo escuchaba el agua no más. Sabía que si llegaba al agua, el río me iba a arrastrar y poder pedir ayuda”, comentó.

En este momento, indicó el joven, estaba muy débil por las agresiones.

“Tenía parte del hachazo en la cabeza que se me estaba cicatrizando un poco, tenía un tendón cortado de mi pie derecho, tenía la puñalada y todo mi cuerpo con marcas”, añadió.

Ante lo vivido, el joven decidió irse Collipulli, pues fue amenazado con represalias no solo él, sino que también su familia.

“Tengo una pareja, tengo a mi hermano chico que también corría riesgo allá (…) Decían que si ellos se iban presos, después iban a seguir con mi familia. Lastimosamente tengo a toda mi familia allá en Collipulli y estoy en la calle”, concluyó.