Tras el trágico accidente que costó la vida de una joven trabajadora del Parque Safari de Rancagua, fueron varios los trabajadores del recinto que entregaron su testimonio a los medios de comunicación.

Incluso, Carol Orellana, una funcionaria que también se desempeñaba como guía de safari, conversó con Radio Bío Bío y aseguró que todo se trató de una negligencia, pues la limpieza de las jaulas de los felinos no era responsabilidad de la víctima, sino del grupo de Manejo Animal.

“No teníamos por qué hacer ese trabajo, lo hacemos porque nos pagan horas extra y nos conviene económicamente. Nuestro trabajo es arriba del camión y hacerle el tour a la gente para enseñarles sobre los leones y los tigres, nada más“, aseguró.

En esa misma entrevista, otras compañeras indicaron que se han dado varias situaciones riesgosas dentro del parque, pero nunca antes salieron a la luz.

“Constantemente nuestros choferes tienen que sacar extremidades para lanzar la carne y que los leones suban al carro. Siempre estamos en peligro de que ocurran cosas así”, comentó otra joven identificada como Javiera.

Además, las trabajadoras dijeron que el zoológico no contaba con seguros para ellos, y que incluso hace solo unos meses “vinieron de la inspección del trabajo y ahí recién se preocuparon de hacernos un contrato, pero antes de eso, estábamos de forma irregular”.

Tigre parque safari
Instagram | @parquesafari

Constante peligro

En el mismo contacto con La Radio, funcionarias del Parque Safari revelaron que la inspección del trabajo llegó luego de que se hiciera una denuncia, porque una de las jóvenes resultó herida luego de que la atacara un felino.

“En mi tercer día de trabajo, un tigre me agarró y me mordió el dedo. Me lo dejó morado y me lo cortó en cuatro partes”, explicó Constanza (quien no quiso dar su apellido).

“Estaba haciendo mi inducción como guía de safari. Me estaban menseñando, pero hay que recalcar que acá al primer día te mandan a trabajar, sin capacitación ni nada, para que alimentes a los tigres”, añadió.

Por lo mismo, indicó que “nos enseñamos entre nosotras con nuestra experiencia. Yo tuve una gran compañera que me ayudó en el proceso, pero son cosas que pasan”.

En esa oportunidad, la trabajadora fue llevada a la enfermería. “Me lavaron con jabón y me parcharon el dedo. No había nada. Ni siquiera me llevaron a la ACHS (Asociación Chilena de Seguridad)”, reveló.

Por lo mismo, reclamaron el hecho de que el recinto no cuente con ninguna preparación en casos de ataque, más todavía considerando que trabajan con animales salvajes que son depredadores naturales.

En el caso de Catalina, solo pudo recibir la asistencia de sus compañeros -otros guías y choferes de safari-, pero cuando llegó el personal médico, ya estaba fallecida.