Fue hace unas semanas que se dio a conocer el primer caso de la variante Delta en Chile, que correspondía a una mujer que llegó desde Estados Unidos para asistir al funeral de su padre en San Javier.

Tras una ola de versiones cruzadas, esta persona terminó imputada y con arraigo nacional por poner en riesgo la salud pública. El pasado 15 de julio fue formalizada.

La mujer de iniciales Y.E.P.O. (43) dio su declaración ante la PDI, donde explicó cómo fue que logró obtener el permiso para dejar la residencia sanitaria de Santiago, para dirigirse a su domicilio en San Javier y poder asistir al funeral, siendo que debía estar en cuarentena preventiva.

La llamada ‘paciente cero delta’ dijo que al arribar a territorio nacional, esperó cerca de tres horas en el control sanitario. Cuando llegó su turno, explicó los motivos de su viaje.

“Me pidieron mi pasaporte sanitario y me preguntaron la razón por la cual quería ingresar a Chile; llorando les respondí, ya que me encontraba emocionalmente muy afectada, que la razón era el fallecimiento de mi padre y me estaban esperando a mí para su funeral”, partió contando la mujer, según detalla el diario La Tercera.

Esta técnico en enfermería, que vive en Estados Unidos, contó que su padre estaba siendo velado desde el 03 de junio, y ella había llegado el 04.

Tras una larga conversación con el encargado de la Seremi, este le entregó unos correos a los que debía contactarse para explicar su situación. Luego se hizo un PCR, pasó por control migratorio y finalmente se dirigió a una residencia sanitaria.

Recibió los permisos

Cuando ya estaba en su pieza, explicó que envió de inmediato los correos para obtener los permisos. La respuesta fue que podría salir siempre y cuando el PCR que se había tomado en el aeropuerto, saliera negativo.

“Una vez que obtuve mi resultado les volví a enviar (un correo) adjuntando mi PCR negativo, por lo que me responden que podía salir de la residencia”, agregó Y.E.P.O. (43).

Cabe mencionar que dentro de la investigación, se confirmó que si bien efectivamente recibió la autorización, solamente podía estar en su domicilio, sin pasar por ningún otro lugar, ya que debía seguir con su cuarentena.

Así fue como el 05 de junio fue recogida por su cuñado en Santiago, para luego partir a San Javier. Claro que antes de llegar a su casa, asistió igual al funeral y de ahí fue a su domicilio. Allí permaneció desde el 05 al 12 de junio.

Fue justamente el último día que recibió la noticia de que tenía coronavirus: “Me llamó otra persona para indicarme que debía irme a una residencia sanitaria, me indican también que concurriría un fiscalizador a mi domicilio. Una vez que llegó el fiscalizador, me explicó que debía irme, señalando que si no (lo hacía) me desalojarían con militares y carabineros”.

Esta mujer, además, declaró que recibió varias llamadas de la Seremi pidiendo información de su caso, acusando que nadie estaba al tanto de lo que había hecho días antes.

“Quiero recalcar el mal manejo de las autoridades, del seremi del Maule y del alcalde en mi caso. Primero, porque la Seremi del Maule me indicó que mi situación se manejaría con total discreción, cosa que no cumplió, exponiéndome a mí y a mi familia a represalias contra nuestra integridad física y material. También el mal manejo de información exclusiva de la Seremi que utilizó el alcalde de San Javier, lo que provocó pánico en la comuna”, detalló.

“Hasta el 23 de julio por la tarde yo desconocía totalmente que era variante delta, ya que me lo informaron ese día por la noche”
, sentenció.