Las regiones de Valparaíso (531), Ñuble (196), Bío Bío (960) y La Araucanía (483) vivieron este viernes una jornada negra. Todas ellas anotaron cifras récord de nuevos casos de los que se tenga registro, desde el inicio de la pandemia.

Sin embargo, éstas no son las únicas que han batido sus propios récords este 2021. A las cuatro mencionadas, se suman otras seis zonas en la que el avance del virus no ha podido ser contenido pese a las medidas adoptadas por el Minsal (ver gráfico).

De norte a sur, la lista la conforma: Tarapacá, con 379 casos el 2 de febrero; Antofagasta, el 22 de enero con 504; Coquimbo, el 7 de marzo con 249; Maule, el 3 de enero con 471; Los Ríos el 6 de marzo con 377; y Los Lagos, el 23 de enero con 818.

¿Se bajó la guardia?

Según apunta Dennisse Brito, especialista en salud pública y académica de la Escuela de Enfermería UDP, la evolución de los contagios en estas regiones es una situación más que preocupante.

“El aumento de casos ha sido igual que lo que vimos el año pasado entre mayo y junio. Estamos en una situación muy compleja y las personas están con una movilidad mucho mayor que en esos tiempos”, advierte.

Sobre las razones que están detrás de la nueva ola de contagios, remarca que se trata de un complemento de factores, entre cansancio y una especia de falsa seguridad en torno al virus.

“Las personas ya llevan un año tratando de cumplir, lavándose las manos, no tocando nada, andando con mascarilla, no salir… ahora le dieron permiso para salir de vacaciones, les pusieron la vacuna y no quieren nada más. Mucha gente dice ‘si me enfermo, que sea lo que Dios quiera’. Hay mucho cansancio, la salud mental está afectándonos a todos”, subraya.

En lo preocupante de las cifras coincide el epidemiólogo experto en salud pública y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, Christian García.

“Refleja que la dinámica sigue, que los contagios siguen galopantes, hay que seguir con los controles. Lamentablemente la trazabilidad es todavía muy mala a pesar que ya llevamos más de un año con esto”, indica el facultativo, asegurando que las esperanzas están puestas en la campaña de vacunación que todavía está lejos de conseguir resultados concretos.

Por su parte, el infectólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Usach, Ignacio Silva, indicó que si bien las cifras preocupan, no es bueno hacer comparaciones entre 2020 y 2021 porque hay variables distintas, como la tasa de testeo que ha ido creciendo durante toda la pandemia.

“Probablemente hay un grado de disminución de la percepción de riesgo sobre todo por parte de las personas más jóvenes, que son las que actualmente se están infectando con mayor frecuencia. En parte porque ya hay un agotamiento, la fatiga pandémica, que nos lleva a dejar de adherir a las medidas preventivas y en parte también por la campaña de vacunación que hace pensar que estamos por terminar con el virus en nuestro país”, sentenció.

Este jueves, y en línea con lo que recomiendan los expertos, el Gobierno realizó una serie de ajustes para retroceder hacia medidas más restrictivas, intentando poner freno a lo que algunos ya nombran como la tercera ola.