El pasado viernes se dio a conocer la lamentable noticia del hallazgo del cuerpo sin vida del pequeño Tomás Bravo.

Italo Parietti, bombero rescatista de la Cuarta Compañía Italiana de Talcahuano, participó arduamente de las jornadas de búsqueda.

Según explicó al diario Las Últimas Noticias, todas las noches se reunían con la PDI para dedicarle atención a las áreas de búsqueda. “En un principio teníamos siete zonas que estaban muy cerca del punto UPA, las cuales recorrimos tres veces”, precisó Parietti.

Sin embargo, posteriormente la fiscal Carolina Molina ordenó ampliar el rango de búsqueda. “El sector donde fue encontrado Tomas fue planeado el día anterior. Dijimos: ‘Vamos a salir a este sector, que está más alejado, hacia el noroeste’“, recordó.

En este contexto, el bombero de 49 años describió el lugar como un camino forestal, boscoso y con muchos matorrales.

Había un rastro de sangre en un sector, muy cercano a donde estaba el niño. Cerca también hallamos indicios de que habían tratado de hacer un hoyo, pero no lo siguieron haciendo porque la tierra es muy dura. Por eso están periciendo las botas y una pala que sacaron de la casa del niño“, precisó el rescatista.

Tras el hallazgo, el voluntario confesó que se quebró. “Me puse a llorar. Mi hijo fue un pilar que me sostuvo”, admitió el padre de dos niños.

“La sensación (en el viaje) era medida rara. Como que cumpliste, pero te faltó lo más importante, que era encontrar a Tomás con vida. Que estuviera con su mamá, jugando, en su casa (…) Todavía estoy con sentimientos encontrados. No se me ha pasado la pena, no se me ha pasado la angustia“, concluyó.