Durante la jornada de este miércoles se dio a conocer la historia de Sonia Elgueda, adulta mayor de 83 años oriunda de la comuna de Chillán y que vio cómo su casa de toda la vida fue tomada ilegalmente.

Su tranquilidad fue interrumpida tras la llegada de la pandemia, pues sus hijos y nietos decidieron trasladarla a Santiago para que estuviera acompañada por su familia.

A pesar que la mujer viajaba esporádicamente entre Santiago y Chillán, nada hacía presagiar que todo cambiaría radicalmente. Pues luego de dejar ir constantemente a su hogar -y aunque encontró dos cuidadores- igualmente un matrimonio de nacionalidad venezolana se tomó ilegalmente su casa.

Según consignó el matinal Bienvenidos, el hecho ocurrió en la segunda semana de enero, cuando el día 12, los encargados de resguardar la vivienda se percataron que la chapa estaba rota y que había al menos cuatro personas al interior de la propiedad.

En conversación con el programa de Canal 13, Nicolás Barrientos, nieto de la señora Sonia, afirmó que: “La casa tiene más de 60 años, las chapas son gigantes, son de fierro, así que nosotros intuimos que ellos rompieron las chapas, rompieron los candados e ingresaron ilegalmente a la propiedad privada de mi abuela“.

Además, Nicolás detalló que quienes se habrían tomado la casa de su abuela serían al menos siete personas. Pese a que pudo conversar con una de las mujeres del grupo, actualmente la comunicación es nula incluso acusa haber recibido amenazas.

toma de casa en Chillán
Captura | Canal 13

Mientras tanto, los denunciados hablaron en Contigo en la Mañana, espacio donde entregaron su versión de los hechos: “Nosotros llegamos acá un día en la tarde, pasamos y vimos la casa completamente sola, deshabitada, inclusive yo ingresé a la casa por el portón que estaba abierto“, declaró Leonardo, uno de los integrantes de la familia.

Pese a la denuncia, el acusado prosiguió con su defensa afirmando que la casa estaba completamente abandonada: “Yo entro a la casa y me da curiosidad, ya que la veo totalmente en abandono y como estaba necesitado de vivienda, como no tenemos trabajo ni dinero en estos momentos, nos urgió. Yo consulté con mi esposa, en esos momentos, cerré la puerta y me fui, le pregunté a ella y me dijo que la fuéramos a ver. Estuvimos esperando a los dueños para ver si podíamos conversar con ellos para llegar a un acuerdo, ya que la casa estaba sola, por si al menos nos podían arrendar a un precio accesible”, afirmó a Chilevisión.

Hasta el momento, los denunciados aún no abandonan el inmueble, lo cual ha generado la preocupación de los vecinos de la adulta mayor. Así lo declaró uno de ellos a Canal 13: “Como junta de vecinos estamos intranquilos por esto que sucedió, porque si una casa es privada y tiene dueño, nadie tiene derecho de venir a ocuparla ilegalmente”, indicó.