La senadora Ximena Rincón y el diputado Gabriel Silber, ambos de la Democracia Cristiana, presentaron un proyecto de ley que modifica el cálculo de pensiones por retiro programado, que aseguran elevaría de forma inmediata el monto de las jubilaciones.

La presentación la realizaron junto al doctor en Matemáticas y excandidato a diputado, Patricio Basso, donde plantearon que se podría aumentar en un 50 por ciento promedio el monto de las pensiones por retiro programado.

La propuesta consiste en modificar el método que se utiliza para calcular las pensiones de retiro programado, lo que -destacaron- elevaría las pensiones desde un 25% para los nuevos pensionados hasta más de un 80% para los antiguos, dependiendo exclusivamente de la edad de cada jubilado.

Según Rincón, tras casi dos años de trabajo, con el doctor Basso concluyeron que mínimos cambios a la legislación vigente, permitirían una inmediata y significativa mejora de las actuales y futuras pensiones.

DL 3.500

Por su parte, Basso explicó que parte importante de las bajas pensiones se explican por tres aspectos del Decreto de Ley 3.500. Primero, porque permite saldos muy altos al momento del fallecimiento del titular; segundo, por el factor decreciente que, al cabo de 20 años, deja a la pensión en un tercio de lo que fue originalmente y, tercero, por la discriminación que sufren las mujeres por tener, en promedio, una mayor longevidad que el hombre.

Por estas razones, propusieron modificar tres aspectos concretos del DL 3.500, que son: el método de cálculo; el uso de tablas de mortalidad diferenciadas por sexo y la obligación que tiene el pensionado de financiar no solo su propia pensión, sino también las de sus beneficiarios después de su fallecimiento.

Si modificamos estos tres aspectos, es posible mejorar de inmediato las actuales pensiones en más de un 50 por ciento en promedio”, puntualizó el doctor Basso, quien precisó que también debe revisarse la ley 20.255, que en lugar de utilizar como base de cálculo la pensión actual, usa la inicial, que es significativamente más alta.

“En el caso del retiro programado, el complemento solidario se financia con el propio capital del pensionado, pasando a ser responsabilidad del Estado, sólo cuando dicho capital se extingue, lo que no ocurre con la modalidad de renta vitalicia. El uso por el Estado del capital propio del pensionado de retiro programado, lo priva de recibir la rentabilidad que recibirían sus fondos de pensiones y en algún momento podría incluso dejar su saldo de ahorro en cero, privando a sus herederos de cualquier herencia posible”, concluyeron Rincón y Basso.