Fue hace unos seis años que se dio a conocer la operación comendada por el sacerdote Gerardo Joannon, que estaba al mando de una red de adopciones ilegales, que afectaba principalmente a familias vulnerables.

Es en este contexto que Sandra Solís denuncia que fue víctima de esta operación, cuando fue parte del Hogar Buen Pastor de Concepción, desde donde asegura que unas monjas la entregaron a una familia italiana.

“Estaban las familias italianas y una de ellas decía ‘nosotros la pedimos rubia de ojos azules’. Cuando llegué a Italia comenzó mi tragedia. La policía me preguntó qué hacía en ese país y yo les respondí lo que me habían enseñado: ‘Estoy aquí para estudiar y conocer al Papa'”, recordó Sandra en conversación con Meganoticias.

De hecho, según recuerda, un día fue hasta un hotel con otros menores de otros hogares donde estas familias elegían a quién llevarse. De esa manera, sus ‘nuevos padres’ la llevaron hasta Europa, donde cumplió un rol más de trabajadora, que de hija.

“Ellos me hicieron trabajar, yo era como una empleada de la casa y quería mi vida, mi independencia. Fue un infierno”, relató esta mujer.

Actualmente, Sandra Solís busca encontrar a las responsables de esta adopción ilegal. A la fecha, se desconoce el paradero de la monja que firmó los papeles de la denunciante.

“Yo la única cosa que quiero es justicia en toda esta situación. Somos seres humanos, éramos niños y yo estoy segura que fuimos vendidos”, manifestó Solís.

Junto con esta denuncia, el reportaje también confirmó que la Agrupación Hijos y Madres del Silencio ha conseguido reunir a más de 200 personas que sufrieron con las adopciones ilegales con sus familia biológicas.