Un sacerdote ortodoxo de nacionalidad griega fue tiroteado con una escopeta de cañones recortados la tarde de este sábado en Lyon, ciudad ubicada al suroeste de Francia.

El sacerdote “estaba cerrando su iglesia”, precisó una fuente policial a AFP, quien añadió que la víctima se encuentra en estado grave.

“Un suceso se está produciendo cerca del sector de Jean-Macé, en el distrito VII de Lyon”, indicó en Twitter el Ministerio del Interior.

“Las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencias están ahí. Eviten la zona y sigan las consignas de las autoridades”, añadió.

Este ataque se produce solo tres días después del atentado en la basílica de Notre-Dame de Niza, donde un joven yihadista armado con un cuchillo asesinó a tres personas.

El gobierno francés permitió que los lugares de culto se mantengan abiertos hasta el lunes para celebrar el día de Todos los Santos, antes de volver a cerrar por el nuevo confinamiento para frenar el COVID-19.

Tras el ataque en Niza, el ejecutivo elevó al nivel máximo la alerta antiterrorista y aumento de 3.000 a 7.000 los soldados desplegados en el país para proteger las escuelas y los lugares de culto.

Estos militares se verán apoyados por los 7.000 miembros de las fuerzas de seguridad, la mitad de ellos policías reservistas, que a partir del lunes se encontrarán a disposición de los prefectos (delegados del gobierno) para garantizar la seguridad.