Dos excarabineros se encuentran en prisión preventiva en el marco de la investigación de un caso de homicidio frustrado y obstrucción a la justicia ocurrido en abril de este año en Recoleta.

Según informó Ciper, la situación se dio la madrugada del 19 de abril en Cerro Blanco, hasta donde los dos exuniformados y dos mujeres llegaron para consumir alcohol.

Al bajar del cerro, se encontraron con un grupo de jóvenes, momento en que se inició una riña entre ambos bandos. Según la investigación, el excabo Jorge Ulloa disparó en la cabeza a Yefri Figueroa.

Sin embargo, Ulloa relató a sus colegas que, tras compartir en el departamento de un amiga, cuando se dirigía hacia su comisaría sufrió un intento de asalto por parte del grupo de jóvenes.

Quien lo acompañaba, el excarabinero Paulo Del Campo, se alejó del lugar de los hechos junto a las dos mujeres, para que así pareciera que Ulloa estaba solo en el momento del supuesto robo.

Vuelco

La investigación del hecho quedó a cargo de la SIP de la misma comisaría donde trabajaba Ulloa (6º Comisaría), pero esto tomó un vuelco cuando la familia de Figueroa presentó una querella y el caso pasó a la PDI.

De esta forma, mediante escuchas telefónicas se logró establecer que efectivamente no había ocurrido el supuesto robo y que no solo estaban implicados Ulloa y Del Campo. Por ello, el pasado viernes se les formalizó por homicidio frustrado y obstrucción a la justicia, al primero como autor y el segundo como encubridor.

También se formalizó al cabo primero Rodrigo Penela y al cabo segundo Roberto López, quienes igualmente habrían participado del encubrimiento de lo ocurrido ya que estuvieron a cargo del procedimiento la madrugada del 19 de abril. Ellos quedaron con arresto domiciliario nocturno.

Tanto Ulloa como Del Campo fueron dados de baja tras el hecho. Incluso, el primero dejó la institución el mismo día del suceso por mala conducta, esto por transitar de civil en horario de toque de queda, ebrio y hacer uso de su arma en la vía pública.

El presente de Yefri

Yefri Figueroa, de 20 años y nacionalidad peruana, fue trasladado al Hospital San José tras recibir el disparo y prácticamente fue desahuciado. Sin embargo, según el citado medio, sobrevivió y fue dado de alta hace pocas semanas.

Él se encuentra postrado, ya que tiene movilidad parcial de brazos y piernas, pero sin lograr sentarse. Recuperó el habla hace pocos días y aún está en evaluación cuáles serán las secuelas que tendrá por el resto de su vida.