La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), tras la emergencia ambiental que ocurrió en 2018 en Quintero y Puchuncaví, reabrió la investigación y reformuló cargos en contra de ENAP luego de detectar nuevas infracciones.

Además de los nuevos antecedentes, existen dos estudios -uno toxicológico y otro sobre la calidad del aire-, solicitados por la SMA al Centro de Información Toxicológico (CITUC) y Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICTUC) de la Universidad Católica.

El estudio sobre la calidad del aire permitió analizar una nueva línea investigativa sobre las acciones realizadas por la empresa durante la descarga, almacenamiento y drenaje de crudo iraní, proceso que se vincula a la emergencia ambiental de 2018.

Por su parte, el informe toxicológico, según indicó el superintendente de SMA, Cristóbal de la Maza, permitió conocer los síntomas observados durante la emergencia, los que se asocian a distintos compuestos presentes en el Terminal Marítimo.

Reformulación de cargos para ENAP

Por esta razón, SMA reformulará los cargos en contra de ENAP por: dos cargos gravísimos, uno grave y cuatro cargos leves.

  • El primer cargo gravísimo corresponde a la elusión del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) al aplicar la sustancia química formaldehído como secuestrante y su posterior drenaje en aguas oleosas del Terminal de Quintero.
  • El segundo cargo gravísimo es por no informar sobre esta acción durante la fiscalización realizada por la Superintendencia del Medio Ambiente.
  • En tanto, tendrán un cargo grave por utilizar el sistema de tratamiento en condiciones distintas a las aprobadas en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), sobre la mantención de los estanques T-5104 y T-5109. Es decir, ENAP vertió fluidos de características y volumen distintos al aprobado en la evaluación ambiental; su eficiencia de remoción fue inferior a la comprometida; y el vertimiento fue en un lugar distinto al estanque de distribución.
  • Los cuatro cargos leves son por no informar a las autoridades sobre el cambio de generación de riles en el Terminal Marítimo y sobre la capacidad de los estanques de almacenamiento. Asimismo, tampoco proporcionaron resultados de monitoreo de Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAP) en la fauna bentónica, y superaron el límite máximo permitido de descarga al mar para el parámetro de hidrocarburos volátiles en julio de 2017.