Las autoridades ucranianas aseguraron el lunes que no registraron ningún aumento de la radioactividad por un incendio forestal en la zona de exclusión de Chernóbil, pese a que un responsable afirmó lo contrario un día antes.

El lunes, los bomberos seguían combatiendo el fuego provocado el sábado por un joven, que abarcaba unas 20 hectáreas en la zona de exclusión que rodea a la central accidentada, escenario del peor accidente nuclear de la historia, en 1986.

El jefe interino de la inspección ecológica gubernamental, Egor Firsov, había anunciado el domingo en Facebook que la radioactividad en el epicentro del incendio había aumentado mucho, y publicó la imagen de un contador Geiger que indicaba un nivel de radioactividad 16 veces más alto de lo normal.

Hay malas noticias: hay una radioactividad superior a la normal en el corazón del incendio“, dijo.

Las llamas se propagaron en más de 100 hectáreas en la parcela forestal situada en torno a la central nuclear, a unos cien kilómetros al norte de la capital, Kiev.

Las autoridades declararon, por su parte, que las localidades de los alrededores no corrían peligro. Dos aviones, un helicóptero y un centenar de bomberos estaban movilizados contra el incendio.

Y este lunes, la portavoz del servicio estatal para situaciones de emergencias, Olga Kozak, aseguró a la AFP que “no hay ningún aumento en el nivel de la radioactividad“.

Firsov, por su parte, se retractó de lo anunciado la víspera y este lunes publicó en Facebook que los niveles de radioactividad detectados “corresponden a la norma“.

El reactor número 4 de la central de Chernóbil explotó el 26 de abril de 1986, contaminando, según ciertas estimaciones, hasta tres cuartas partes de Europa. Tras esta catástrofe, las autoridades evacuaron a centenares de miles de personas y un amplio territorio, de más de 2.000 km2, fue abandonado.

Otros tres reactores de la planta continuaron funcionando tras aquel desastre. El último fue detenido en 2000, lo que marcó el fin de toda la actividad en la central de Chernóbil.