Marisol San Román, una joven argentina de 25 años, fue dada de alta el pasado sábado por coronavirus luego de estar hospitalizada desde el 13 de marzo en una clínica privada. Ella llegó de Madrid sin síntomas el día 12, pero posteriormente presentó fiebre.

No obstante, no le realizaron exámenes para determinar si seguía o no con el virus; aún así la enviaron a casa para terminar allí su tratamiento. Al día siguiente, comenzó a toser incesantemente y en su mascarilla encontró sangre.

“Mi familia me escuchó gritar y llamaron a la urgencia”, señaló Román, añadiendo que la ambulancia llegó cerca de cuatro horas después.

“Siempre estuve consciente pero muy nerviosa porque no podía dejar de toser y eso es peor. En ese ataque no pude aguantar y empecé a llorar y a apretar el pulmón derecho. Me duele mucho el pulmón, es el mayor síntoma en este momento”, relató al medio Perfil, citado por BioBioChile.

Nuevamente ingresó a una clínica, donde se sometió a varios exámenes, entre ellos “una tomografía y análisis de sangre. También un electrocardiograma”.

Marisol enfatizó en que “por suerte no pasó a mayores. Tuve pérdida de sangre, pero no fue neumonía”.

También recordó que “una noche tuve un ataque de tos tan fuerte que terminé en el piso y ahí me empezó a doler un pulmón. Los médicos me metieron una jeringa en la garganta para que pueda respirar”.

Ahora tendrá que estar aislada 21 días en su hogar, donde la cuidan su padre y tía, con quienes no tiene ningún tipo de contacto.

“Me dejan comida en la puerta del cuarto con platos desechables. Yo lo agarro con guantes de látex y barbijo (mascarilla), que uso todo el día, no me lo saco en ningún momento”, relató.

“Por ahora sigo siendo positiva del coronavirus. Tengo que esperar. Me duele bastante el cuerpo, mantengo el reposo absoluto”, dijo, añadiendo que le recetaron codeína -analgésico para la tos-, “que es muy fuerte, paracetamol y ansiolíticos”.

Finalmente, contó que “ayer tuve 37.5 de fiebre, no me tendría que haber subido tanto, pero bueno, tengo que tener paciencia. Todos los días me hacen chequeo dos médicos vía telefónica. A partir de ahí se van tomando decisiones”.