En cifras plasmadas en informes de la Organización Panamericana de la Salud, el cáncer constituye el segundo motivo de mortalidad en Chile, siendo responsable de 23% del total de muertes anuales.

A nivel mundial se calcula que en el 2030 habrá al menos 12 millones de defunciones debido a esta causa. La OPS también reveló que el 40% de todos los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo clave como el tabaco, el consumo excesivo de alcohol, la alimentación poco saludable y el sedentarismo.

Es por eso que la comunidad científica se encuentra constantemente en la búsqueda de desarrollar y crear medicamentos capaces de prevenir, reducir o hasta curar esta enfermedad y combatir el alto número de decesos.

Los profesores Tim Thomas y Anne K. Voss de la Universidad de Melbourne, lideran una importante investigación enfocada en el estudio de las proteínas KAT6A y KAT6B. En el artículo publicado en la revista Nature, este equipo expone que descubrió un nuevo tipo de fármaco contra el cáncer, el que tiene la capacidad de poner a “dormir” las células malignas sin dejar secuelas.

El principal inconveniente de la quimioterapia y radioterapia es que al momento de ser aplicada, no es posible focalizar el procedimiento a las células malignas. Se destruye el tumor canceroso pero también causa daño a las células sanas, afectando de manera irremediable el ADN. Además de otros efectos como la pérdida de cabello, las náuseas, el agotamiento y la vulnerabilidad a infecciones acompañan estos tratamientos.

La académica australiana afirmó que su invención médica cumple la función de poner en reposo permanente las células cancerosas: “El término técnico es senescencia celular. Las células no están muertas, pero ya no pueden dividirse y proliferar. Sin esta capacidad, las células cancerosas se detienen de manera efectiva “, destacó Voss.

Hasta la fecha ha sido aplicado solo en modelos de laboratorio: “Estamos entusiasmados de haber desarrollado un compuesto potente, preciso y limpio que parece ser seguro y efectivo en nuestros modelos preclínicos. Nuestros equipos ahora están trabajando para desarrollar este compuesto en un medicamento que sea apropiado para ensayos en humanos “, sentenció el profesor Jonathan Baell del Instituto de Ciencias Farmacéuticas Monash, quien forma parte de este equipo de investigación.

No se descarta en la medicina que estos fármacos puedan ser efectivos para una terapia libre de efectos secundarios.