El 26 de julio pasado una mujer chilena falleció en un accidente en la ruta de los Siete Lagos, en Argentina, luego que un camión de YPF que transportaba gasolina hacia Villa La Angostura perdiera el control en una curva en bajada y chocara contra el vehículo en que viajaba la víctima junto a su familia.

Otros tres integrantes quedaron heridos con distintos niveles de gravedad. El gobierno de Neuquén indicó en un comunicado que “el coche pertenecía a una familia de turistas chilenos en el que iban un adolescente de 12 años, en estado grave por quemaduras y que fue derivado al Castro Rendón; un joven de 21 años con quemaduras en manos y orejas; y un joven de 32 años, quemado, derivado a Clínica Chapelco”.

Desde entonces, el menor de 12 años ha estado hospitalizado en Neuquén, por lo que su abuelo, Raúl Dornemann, está pidiendo ayuda para poder traerlo de vuelta a Chile, ya que debido a su alto costo, no pueden pagar por el ‘avión ambulancia’ que exige el recinto médico para su traslado, pese a estar fuera de riesgo vital y estable.

El niño, de nombre Vicente, resultó con cerca del 30% del cuerpo quemado, principalmente sus manos, cuero cabelludo y rostro, donde tuvieron que aplicarle injertos.

El valor mínimo de un avión ambulancia bordea los ocho millones de pesos, una cifra imposible de pagar para el hombre de 65 años que se dedica al transporte de pasajeros.

La mañana de este viernes el hombre estuvo en un contacto con el matinal Bienvenidos, donde se mostró bastante afectado y desesperado por la situación que vive su nieto, pues en el hospital argentino no lo han cuidado como corresponde debido a que se encuentran en huelga.

En conversación con el programa, el hombre indicó que “nos urge traerlo para que pueda seguir con su tratamiento como corresponde”. De hecho, indicó que en Coaniquem lo estaban esperando para ayudarlo en sus curaciones y rehabilitación.

En estos momentos, la madre del menor lo está acompañando, pero su tío, Johann Dornemann, indicó que estaba preocupado porque el adolescente no ha recibido apoyo psicológico, pues está consciente de todo lo ocurrido. Asimismo, tampoco sabe que no podrá mover sus manos en un buen tiempo debido a la cantidad de injertos que posee.

A mí me preocupa que no ha tenido asistencia psicológica, yo creo que se les ha ido o no sé, porque él es el más chico que sufrió el accidente y vio toda esa trágica experiencia y no ha tenido una contención psicológica adecuada“, comentó el joven, evidentemente emocionado.

Cabe señalar que Raúl y su familia se contactaron con el consulado chileno en Argentina y luego con Cancillería, y en ambas lugares le dijeron que en esos casos no tenían recursos para poder ayudarlo.

Desde T13 contactaron a Cancillería, donde indicaron que las autoridades médicas argentinas debían solicitar a Chile el traslado, luego el Gobierno debe analizar las opciones de financiamiento para determinar si ese traslado procede o no.