“Ya vengo, voy a jugar”. Estas fueron las últimas palabras que Benjamín Amaya de 4 años, le dijo a su abuela antes de salir de su casa en Tucumán, Argentina. Ella nunca sospechó que esa sería la última vez que lo vería con vida.

Aquel día los padres del pequeño lo habían dejado encargado para ir a trabajar. Pero cuando volvieron a casa, descubrieron que había desaparecido.

Minutos después, el pequeño fue encontrado colgando un puente peatonal, y con claros signos de haber sido ahorcado con un cable.

Rápidamente su abuelo lo llevó al hospital, pero ya era muy tarde. “Yo iba tratando de reanimarlo, tenía los labios morados pero estaba caliente su cuerpito”, describió al medio trasandino La Gaceta.

“El niño desapareció 10 minutos de su casa y luego apareció muerto en el puentecito, totalmente ahorcado. Me lo dieron dormidito”, expresó entre lágrimas el abuelo.

Con respecto a las primeras pericias, el fiscal a cargo de la investigación, Alejandro López Isla, descartó que el niño se haya colgado por sus propios medios. “Entendemos que participó una persona mayor que él”, precisó al medio.

Cabe señalar que el resultado de la autopsia revelará si efectivamente Benjamín fue estrangulado y establecerá si sufrió otro tipo de agresiones. No obstante, una vecina declaró que vio al pequeño llorando en brazos de un joven, al que le pedía que lo bajara.