Shane Jenkins tiene hizo historia, pero no por algo positivo. El hombre de 23 años recibió la sentencia de cárcel más corta en la historia del Reino Unido: 50 minutos.

Todo se originó luego que el joven llegara al domicilio de su expareja bajo los efectos del alcohol, y quebrara la ventana con una escoba. Tras esto huyó de la policía cuando se disponían a detenerlo.

Finalmente fue capturado, y posteriormente declarado culpable de daños a la propiedad, agredir a dos agentes y escapar de las autoridades policiales. A raíz de lo anterior, Julian Lambert, juez del caso, envió a Jenkins a prisión por un tiempo inferior a una hora.

Sin embargo, el agresor ocupó inteligentemente el tiempo. Aprovechó de escribir una carta a su exnovia y a los policías que agredió, las cuales leyó en voz alta en la corte, según consignó el medio inglés The Independent.

“Siento haber roto tu ventana, Fue una decisión estúpida la que tomé, no estaba pensando con claridad. Espero que puedas perdonarme”, le dijo en la misiva a la mujer.

En tanto, a los oficiales les escribió que “realmente lo siento. No tenía intención de causar daño, fue una decisión espontánea del momento”, manifestó arrepentido. Su abogada en tanto, indicó que sus decisiones las tomó bajo los efectos del alcohol y las drogas, por lo que “está avergonzado de su comportamiento”.

Además de su breve estancia en la cárcel, el acusado deberá realizar 80 horas de trabajo no remunerado y asistir a rehabilitación.