Brasil, con 727.000 presos, tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo. Es frecuente que en las prisiones existentes en este país, se produzcan episodios de extrema violencia.

Este lunes, en un motín carcelario ocurrido en la localidad de Altamira, estado brasileño de Pará (norte), murieron al menos 52 reclusos, según información entregada la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará, quienes precisaron que 16 de las víctimas fueron decapitadas. Además, una parte de la edificación fue incendiada, lo cual provocó varias muertes por asfixia.

Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardias fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados“, afirmó un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará a la agencia AFP.

Según consignó el medio local G1, el violento enfrentamiento al interior de las dependencias se generó entre dos organizaciones criminales enemistadas. La Superintendencia aún no ha identificado a los grupos. La rebelión empezó hacia las 07:00 horas locales y concluyó antes del mediodía.

En de mayo del presente año sucedió una situación similar. En aquella oportunidad, se produjo una masacre en que murieron 55 reos en dos días de enfrentamientos en varias cárceles en el estado de Amazonas, vecino de Pará.

Cabe señalar que la cárcel de Altamira es la más antigua de la región y alberga a más de 300 reclusos, por sobre la capacidad que posee, que es para 200 personas.

Asimismo, una ola de enfrentamientos sacudió el país a inicios de 2017, atribuidos a rivalidades entre bandas por el control de las rutas del tráfico de cocaína.