Lo que debería haber sido un viaje soñado para una familia chilena en Cancún se transformó en una verdadera pesadilla, luego que una de sus integrantes sufriera una grave lesión mientras participaba de un tour.

El 2 de mayo María Inés Contreras Figueroa de 68 años llegó junto a sus hijos Fabian y Manuel Valderrama, además de las parejas e hijos de estos a Cancún en México, con la finalidad de pasar unos días de vacaciones.

Además, los hijos de la mujer aprovecharían la estadía para contraer matrimonio con sus respectivas novias en una paradisíaca playa del sector.

El sueño se transformó en pocos días “en una tortura” según relató Fabian Valderrama a BioBioChile, cuando su madre sufrió una lesión menor mientras regresaba desde Isla Mujeres en un barco.

Volvía, el barco se movió y mi madre dio un paso en falso, golpeándose la pierna derecha (…) fue un golpe que provocó una pequeña laceración”, comenzó contando Fabian.

Pese al golpe la mujer no se sintió mal de inmediato, de hecho, el día domingo recorrieron otros lugares de la ciudad. El lunes 6 del presente mes, mientras celebraban un matrimonio, comenzaron las complicaciones.

Cuando estábamos en pleno acto de la ceremonia nosotros… cuando la gente se paró para darnos el abrazo mi madre no se levantaba, (luego) se levantó, me abrazó y se puso a llorar”, continuó relatando el hombre, agregando que entonces le vio la pierna a su madre y se dio cuenta que la situación era grave.

Primer diagnóstico

Como la mujer contaba con seguro médico por el viaje, no dudaron en trasladarla hasta una clínica donde le diagnosticaron el problema como “un traumatismo por un esguince”, razón por la cual le inmovilizaron la extremidad con yeso y la enviaron de vuelta al hotel.

Esa madrugada, la madre de Fabian comenzó con nuevos dolores, por lo que de nuevo tuvieron que trasladarla a la clínica, donde les recomendaron que la llevaran hasta otro centro asistencial porque ese era sólo de atención primaria.

Debido a que el seguro ya no respondía, tuvieron que costear ellos mismos los cerca de 12,5 millones de pesos chilenos (18 mil dólares) que les cobraron por los días de hospitalización y exámenes, dinero que finalmente no sirvió de nada porque en este segundo recinto la mujer empeoró, por lo que tuvieron que llevársela hasta el Hospital General de la ciudad ese mismo día martes.

Un tercer recinto

Allí, ya en un tercer recinto asistencial, la mujer fue dejada en observación durante la tarde. “El miércoles 8 vinimos al hospital y nos encontramos con nuestra madre muriéndose, tenía dificultad para respirar y la presión por los suelos”, añadió su hijo.

Debido a esa situación, decidieron reclamar a la dirección de ese recinto y gracias a ello consiguieron que fuera llevada a la Unidad de Cuidados Intensivos. Sin embargo, se enteraron que no había un cirujano que la pudiera atender, por lo que nuevamente de su bolsillo tuvieron que ellos contratar a un profesional.

El facultativo observó a la chilena y decidió que debido a la septicemia que presentaba y a un shock séptico, además del avance de la infección, la única solución era amputar la extremidad, lo que fue autorizado por los hijos a fin de salvar la vida de su madre.

Consulado no puede ayudar

Desde entonces María Inés continúa en ese lugar, y sus hijos aseguraron que ya no tienen los recursos para continuar con los tratamientos allá, por ello, pidieron ayuda al Consulado chileno en México, desde donde les indicaron que no podían ayudar.

Es más, aseguraron que desde la entidad les indicaron que ellos no tienen los recursos ni les corresponde el traslado y les ofrecieron la opción de contratar un avión ambulancia por 80 mil dólares americanos ($55.712.000 pesos chilenos).

Como no tienen más dinero y a sus tarjetas de crédito ya no les queda cupo, decidieron hacer pública la situación.