Fue el pasado 7 de abril cuando Fidel Pantoja, de 50 años fue trasladado al hospital del poblado colombiano de Tumaco por una afección pulmonar. Lamentablemente, falleció por la gran pérdida de sangre.

“Él tuvo dificultades pulmonares y, de un momento a otro, se murió. Todo fue un boroló (problema), pasó el velorio, toda la gente estaba triste”, señaló Camilo Perdomo, amigo de la familia del difunto, al periódico colombiano El Tiempo.

Tras el velorio y el entierro, uno de sus 10 hijos habría soñado que su padre estaba vivo. Desde ese entonces, la viuda entró en una crisis nerviosa e incluso fue internada por unos días en un centro de salud.

Sin embargo, 9 días después del deceso de Fidel, los vecinos del cementerio habrían escuchado ruidos y gritos de auxilio desde el ataúd. La Policía de Tumaco señaló que las personas decidieron romper la bóveda.

Tras abrirla, sacaron el cuerpo del hombre y lo trasladaron a un centro asistencial. Pero como era de esperarse, no presentaba signos vitales. Sin embargo,  siguieron insistiendo y lo llevaron nuevamente a otro hospital, donde les dieron la misma respuesta.

Según las autoridades, la tapa del ataúd estaba destruida y el cuerpo no presentaba estado de descomposición. Finalmente, se señaló que al cadáver se le realizará una necropsia, para esclarecer las causas de su muerte y determinar si estaba en un estado de catalepsia.