Como una joven muy alegre, cariñosa y cercana a sus sobrinos, era definida Millaray Bravo, la chilena de 27 años que fue hallada sin vida en una playa de la ciudad de Torbay, en Nueva Zelanda.

Tras pasar 5 días desaparecida, la joven fue hallada muerta, desnuda y enredada entre las boyas a 200 metros de la costa. “La noticia nos llegó primero por las redes sociales. Sus amigos de allá nos avisaron, pero yo no daba crédito hasta que me lo dijeron de Cancillería”, expresó Verónica, hermana de Millaray, al diario Las Últimas Noticias.

Antonio Bravo, padre de la joven, especificó que Millaray fue encontrada en posición vertical en el mar. “No estaba flotando. Dicen que tenía una cuerda enrollada en sus tobillos, sin nudo”, detalló según el informe preliminar de la policía.

Millaray llevaba 4 años viviendo en Oceanía. Luego de trabajar en casinos de nuestro país, decidió ir a probar suerte en el extranjero, por lo que se fue a vivir a Auckland, donde estudiaba inglés y se dedicaba al rubro culinario.

En esa ciudad conoció a su pareja, el cubano Anthony Albert Petterson. Si bien, hubo un quiebre entre ellos, luego habrían retomado su relación.

A pesar que el cuerpo de Millaray no tenía ninguna lesión provocada por terceros, el padre de la joven planteó sus interrogantes ante su deceso. “Mis dudas son claras, ¿por qué si estuvo perdida cinco días el pololo no la buscó, no llamó por teléfono, no la fue a buscar a la casa?”, cuestionó.

Además, “¿por qué estaba desnuda si se supone que se fue a bañar?, ¿por qué su ropa no estaba en la playa, sus zapatos, su toalla? Y lo otro es que si estaba enredada, ¿por qué no tenía marcas en los tobillos? No había nada”, sentenció.