Hoy, el presidente Barak Obama confirmó la muerte de Kayla Mueller, una trabajadora humanitaria que fue tomada como rehén por el Estado Islámico. La mujer trabajó en una clínica para pacientes con sida o VIH positivo en Arizona, hasta que decidió trasladar su labor al Medio Oriente.

Como detalla Infobae, la joven trabajó en India, Israel y Palestina, hasta terminar ayudando a refugiados sirios en Turquía. “Kayla representa lo mejor de los Estados Unidos”, sostiene el comunicado de la Casa Blanca. Fue en medio de esta labor que fue capturada por el grupo extremista islámico ISIS.

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Permaneció en cautiverio durante años, hasta que murió en medio de un bombardeo jordano, que buscaba acabar con centros de entrenamiento y depósitos de arma. Hoy, salió a la luz la última carta que le pudo escribir a su familia, donde pide “perdón” por el “sufrimiento causado”.

Infobae | Reuters
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Estas fueron las últimas palabras de Kayla:

“Hola a todos, si reciben esta carta significa que todavía estoy detenida, pero mis compañeros de celda (desde el 2 de noviembre de 2014) han sido liberados. Les pedí que se contactaran con ustedes y les enviaran esta carta. Es difícil saber qué decir.

Por favor sepan que estoy en un lugar seguro, no he sido lastimada y tengo buena salud (de hecho engordé); me han tratado con un gran respeto y amabilidad. Quería escribirles una buena carta (no sabía si mis colegas saldrían en los próximos días o en los próximos meses, por lo que podría tener menos tiempo), pero sólo podía escribir de a un párrafo a la vez. Sólo pensar en ustedes me hace derramar lágrimas.

Si tuviera que decir que “sufrí” durante toda esta experiencia, fue sólo cuando me ponía a pensar en lo mucho que ustedes sufrieron por mí. Nunca les pediré que me perdonen porque no merezco ser perdonada.

Recuerdo que mamá siempre me decía que al final de todo, al único que se tiene es a Dios. En mi experiencia, he arribado a un lugar en el que, en todo sentido, me he rendido frente a nuestro Creador porque literalmente no hay nada más. Gracias a Dios y a tus plegarias, me he sentido acunada mientras iba en caída libre. Me han mostrado la oscuridad y he aprendido que incluso en prisión uno puede ser libre. Estoy agradecida.

He entendido que el bien existe en cada situación, a veces sólo tenemos que buscarlo. Rezo todos los días para que se hayan sentido más cerca de Dios y también se hayan rendido frente a él y hayan creado un lazo de amor y apoyo entre ustedes.

Los extraño como si hiciera una década que estamos separados. He tenido muchas largas horas para pensar, para pensar en todas las cosas que haré con Lex, nuestro primer campamento familiar, nuestra primera reunión en el aeropuerto. He tenido muchas horas para pensar cómo sólo en sus ausencias he finalmente, a los 25 años, logrado entender sus lugares en mi vida.

El regalo que cada uno de ustedes representa, la persona que podría y no podría ser si ustedes no hubieran sido parte de mi vida, mi familia, mi apoyo. NO QUIERO que las negociaciones para mi liberación sean un deber. Si hay otra opción la tomaré, incluso si significa más tiempo. Esto nunca debería haberse convertido en una carga.

Les he pedido a estas mujeres que les den apoyo, por favor escuchen sus consejos. Si aún no lo han hecho, [REDACTADO] puede contactarse con [REDACTADO], quien puede tener cierto nivel de experiencia con esta gente.

Nadie se hubiese imaginado que esto podría llevar tanto tiempo, pero también sé que estoy peleando en la forma que puedo, y tengo mucha fuerza dentro de mí. No voy a colapsar y no me rendiré, sin importar cuánto tiempo lleve.

Hace unos meses escribí una canción que dice: “La parte de mí que más duele también es la parte que me saca de la cama, sin tu esperanza no tendría nada”, o sea, pensar en el dolor es la fuente de mi fuerza, simultáneamente la esperanzar de reunirme con ustedes es la fuente de mi fuerza.

“Por favor sean pacientes, denle su dolor a Dios. Sé que ustedes quieren que me mantenga fuerte. Eso es lo que estoy haciendo. No teman por mí. Continúen rezando como yo y con la voluntad de Dios estaremos juntos de nuevo.

Con todo mi ser,
Kayla”