Un impactante caso de violencia intrafamiliar fue registrado en una localidad de Escocia, Reino Unido. Se trata de Graham Temple, quien perdió completamente el control debido a sus celos, sólo porque su esposa llevaba ropa más ligera.
La víctima fue la mujer de 45 años May Thomson, quien detalló al medio británico Mirror que los arranques de celos siempre apuntaban a sus implantes de senos y la atención que estos acaparaban, a pesar de que cuando lo conoció ya había pasado por el quirófano.
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La madre de dos niños aguantó durante tres largos años los abusos: Temple le rompió la nariz, la amenazó con un cuchillo, la intentó ahorcar y la golpeó en su pecho. Incluso, un día le lanzó una silla de la cocina apenas la vio bajando las escaleras con shorts y un top corto.
“No tenía permitido vestir nada así. Me hacía usar cuello de tortuga”, explicó a este medio. “Lo conocí siendo cuidadoso y romántico. Lo vi como una protección porque sabía que podía pelear”, agregó. Pero al par de meses, su comportamiento cambió rápidamente, volviéndose muy violento.
Cautiverio temporal, ser atacada con una mesa y ser escupida en la cara eran parte de su día a día, pero la mujer no reaccionó hasta que el hombre atacó a su perro, un siberiano llamado Zero, sólo porque se comió sus fajitas de pollo.
El sheriff Peter Braid describió este caso como “una instancia particularmente fea de abuso doméstico”, por lo que Temple fue encarcelado por 13 meses y tiene prohibición de acercarse a Thomson durante 5 años. La mujer decidió contar su historia para poder ayudar a otras féminas que sufren la misma clase de ataques.
