Luego de seis meses de investigación, la Fiscalía de Iquique logró extraditar desde República Dominicana, a Clara Josefina Corporán Minaya, sindicada como la cabeza de una organización criminal que mandaba a Chile, de forma ilegal, ciudadanos de ese país y otros colombianos.

El caso que salió a luz pública hace un año luego de que la Brigada de Trata de Personas de la PDI diera con ciudadanos de estas nacionalidades que permanecían en el país ilegalmente, tras ingresar por pasos fronterizos no habilitados, consigna UPI.

A juicio de la Fiscalía, “la red internó extranjeros en forma reiterada durante 2013, facilitando el acceso clandestino de al menos 83 personas a cambio de diversas sumas de dinero”, informa la agencia.

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A la fecha habían sido detenidos y formalizados cuatro chilenos, un boliviano, y un ciudadano colombiano. Sin embargo, faltaba detener a los líderes de la banda quienes manejaban el negocio desde el país centroamericano. Se trata de la mujer en cuestión y de su pareja Daniel Solano Mateo, quien tiene una orden de detención pendiente.

Los acusados cobraban dos mil dólares, a través de una agencia de viajes conocida como “Sky Travel”, por ingresar a las personas a nuestro país. Ambos fueron formalizados en ausencia para luego dar paso a un proceso de extradición que finalmente trajo a Chile a Corporán Minaya para enfrentar el juicio oral, y que podría arriesgar hasta 10 años de cárcel, según lo que solicitó la Fiscalía.

“Los hechos configuran el delito reiterado de tráfico de migrantes y la fiscalía entiende que concurre la agravante de poner en riesgo la integridad física y estado de salud de los afectados. Este es el único caso en el país de tráfico de migrantes con ingreso clandestino, evadiendo el control migratorio”, comentó el fiscal regional de Tarapacá, Manuel Guerra.

Así procedían:

Luego de ofrecer el ingreso a Chile, migrantes eran enviados hasta Bolivia, donde los recibía otro integrante de la red, el que junto a otras personas, los ingresaban ilegalmente a territorio nacional a cambio de hasta 400 dólares.

Ellos coordinaban el traslado terrestre por Pisiga Bolívar, en Bolivia, pasando a Chile por distintos límites no habilitados y cercanos al paso fronterizo de Colchane. Este actuar se daba muchas veces de noche, a más de 4 mil metros de altura y con temperaturas extremas, debiendo en algunos casos, pasar caminando por el desierto.