Michel Jarraud, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), presentó el último boletín sobre concentración de gases invernadero, asegurando que “la alarma está sonando”.

Con esta pequeña frase Jarraud impactó con la noticia este martes al revelar que el año pasado se alcanzaron valores récord de concentración, lo que perjudica la atmósfera y los océanos.

Sabemos con certeza que el clima está cambiando, y que las condiciones meteorológicas se están volviendo más extremas a causa de las actividades humanas, como la explotación de combustibles fósiles“, añadió Jarraud, según consigna la agencia de noticias AFP.

Las observaciones de la OMM señalan que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y protóxido de nitrógeno (N20) alcanzaron nuevos valores máximos. Así, el primero representó una concentración de 142% más de la que existía en la época preindustrial (año 1750). La concentración de metano alcanzó un 253%, y la de protóxido un 121%, respecto a entonces.

Además, la tasa de aumento del dióxido de carbono atmosférico entre 2012 y 2013, de 2,9ppm (partes por millón) representó el mayor incremento interanual del periodo 1984-2013.

El boletín de la OMM indica igualmente que la capacidad de la Tierra de conservar la energía solar o hacerla rebotar hacia el espacio, fenómeno que contribuye al calentamiento global, aumentó un 34% entre 1990 y 2013, a causa de los mismos gases.

En relación a los océanos, la agencia señala, según el informe, que la mayor cantidad de gases en los océanos “tiene un impacto de gran alcance”, ya que contribuye a la acidificación, dañina para los ecosistemas marinos, y por extensión para la pesca, el turismo o el modo de vida de poblaciones autóctonas.

Cada día, los océanos absorben unos cuatro kilos de CO2 por persona, detalla el organismo, y afirma que el ritmo de acidificación no tiene precedentes en los últimos 300 millones de años.

“El dióxido de carbono se mantiene durante cientos de años en la atmósfera y todavía más tiempo en el océano. El efecto acumulado de las emisiones pasadas, presentes y futuras de este gas, redundará a su vez en el calentamiento del clima y la acidificación de los océanos”, confirmó Jarraud, según AFP.

El dióxido de carbono es el principal responsable del calentamiento del clima, y se origina con la combustión de materias fósiles y deforestación. El metano, en tanto, es el segundo gas de efecto invernadero más importante. Cerca del 40% de las emisiones de este gas en la atmósfera son de origen natural (zonas húmedas, termitas, etc.) y el 60% de origen humano (ganadería, explotación de combustibles fósiles, vertederos, etc).

El informe se publicó días antes de la cumbre del clima que tendrá lugar el 23 de septiembre en Nueva York, y que fue convocada por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon.