Es una enfermedad silenciosa, sin síntomas y que afecta a entre el 10 y 15% de las mujeres de nuestro país, según la Red de Salud UC. Una vez que se contrae, no hay cura, a menos que el mismo cuerpo elimine el virus del papiloma humano: pero hay un cierto porcentaje de mujeres que no lo logran y que pueden desarrollar peligrosas lesiones y finalmente, cáncer de útero.

Su puerta de entrada: el inicio de la actividad sexual. Es por eso que los médicos piden a todas las féminas que se realicen el PAP anualmente apenas empiezan a mantener relaciones. Pero además de utilizar condón y someterse a exámenes de rutina, hay otra medida preventiva que se puede tomar: la vacuna.

Anteriormente, adquirir esta inyección era un privilegio, debido a los altos precios que alcanza en el sistema privado (entre 100 mil y 300 mil pesos, según una cotización de La Cuarta), pero gracias a la nueva campaña del Ministerio de Salud, se garantizará la equidad de acceso.

Este programa busca inmunizar a 120 mil niñas este año de manera gratuita, cifra que irá creciendo en las siguientes campañas y que a futuro, se espera ampliar a las etapas adultas.

“La (vacuna) tetravalente es la que resultó mejor, desde el punto de la problemática y el diagnóstico hecho aquí en Chile”, afirmó Helia Molina al diario nacional La Tercera.

Para los padres que estén preocupados, les recordamos que esta es una inversión para el futuro de sus hijas, ya que previene el 70% de los casos de cáncer de cuello uterino. Además, se recomienda aplicarla en jóvenes de entre 12 y 13 años, ya que su eficacia disminuye radicalmente si ya iniciaron su vida sexual y no se conocen bien sus efectos en mujeres mayores de 26 años, según informó Red Salud UC.