El desafortunado incidente se desarrolló en un campo de disparo próximo a Las Vegas, causando la conmoción de los padres de la menor, la que seguramente será castigada con un buen tiempo sin televisión.

“Las armas no son para niños”. Cuanta verdad hay en esa frase, sobre todo con lo sucedido en Arizona, donde la infante de escasos nueve años, no pudo controlar el arma tras cargar el gatillo, provocando la eyección de una bala que terminó de manera certera incrustada en la cabeza de su instructor de 39 años, Charles Vacca. A fin de cuentas, la niña no tenía tan mala puntería.

Dejando de lado el chiste cruel, el escenario de tan desafortunada acción fue el campo de tiro y hamburguesería, Bullets and Burgers, de la desértica localidad de Arizona. Este lugar, es uno de los más populares atractivos turísticos para quienes se dirigen a la ciudad del pecado, Las Vegas, según consigna la cadena NBC.

El hecho ocurrido el pasado lunes, se ha masificado recién durante esta jornada, acaparando el interés de importantes medios internacionales como The Telegraph y El Mundo. Según señala el medio español, la niña se encontraba recibiendo una clase de instrucción, cuando perdió el control del subfusil Uzi de origen israelí, siendo el blanco, el cráneo del profesor de tiro.

En diversos países, el uso de armas se restringe exclusivamente a mayores de edad, pero en esta localidad es legal que los menores de 18 años porten una, remarca El Mundo. “La práctica establecida en la mayoría de los campos de tiro es de ocho años de edad y bajo supervisión de los padres”, agregó Sam Scarmardo, encargado del campo de tiro Last Stop.

¿Irónico, no? Considerando que la última parada (last stop) de esta bala loca terminó matando a un hombre cuyo sustento de vida era enseñar al resto a disparar.