Una joven madre lloró en la sala del juzgado cuando finalmente se declaró culpable de haber ocultado el cuerpo de su hijo muerto en el desagüe del patio trasero de la casa de sus padres.

Sinead Connett, de 28 años, y residente de la ciudad de Hertford, en Inglaterra, decidió ocultar su embarazo de sus padres, que jamás se enteraron que tenían una nieta.

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La mujer admitió haber envuelto al bebé en una toalla y tres bolsas plásticas antes de poner al fallecido recién nacido en el drenaje de la casa de sus padres Ann y Stuart, ubicado en el barrio de Scartho Road, consignó el medio local Grimsby Telegraph.

La investigación determinó que el cadáver del lactante fue puesto en el desagüe en alguna fecha entre el 2 y el 13 de agosto del 2013, pero tuvieron que pasar casi de 3 años para que fuera descubierto, el 11 de febrero del 2016, por un plomero citado por la familia para solucionar los problemas en la presión del agua. El cuerpo del bebé estaba descompuesto y tenía el cráneo fracturado.

En las audiencias se supo que el sistema de drenaje se había bloqueado porque la cabeza del neonato era demasiado grande para pasar por el tubo, haciendo que la fosa se rebalsara constantemente.

Los padres de Sinead no pudieron explicar cómo el cuerpo de un bebé había llegado ahí y le afirmaron a la policía que no tenían nietos, o al menos no sabían que los tenían.

“No podremos saber si el bebé nació vivo o no, pero podemos confirmar que estaba muerto cuando lo dejaron en el desagüe”, señaló un portavoz de la policía tras del hallazgo.

Aunque no los identificaron como sospechosos, los policías tomaron muestra de ADN de Suart, Ann y su hija, y de esa manera se concluyó que Sinead era la madre de la criatura fallecida.

Sinead Connett quedó en libertad a la espera de la finalización de las investigaciones. El juicio será el próximo 9 de junio.