Cuando una fémina anda con antojo de algo rico, este suele llegar en cualquier momento y lugar, sobre todo al interior de un supermercado, donde se exhiben miles de deliciosas tentaciones.

La cámaras de seguridad instaladas al interior de los locales comerciales permiten mantener informado al personal sobre todos los movimientos de la clientela, como el de esta antihigiénica dama en un supermercado en China.

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Mientras pasaba por el pasillo de los helados, la clienta no pudo aguantar la tentación de darle una probada a una cremosa y fresca delicia. Utilizando su lengua como cuchara, la golosa abrió el vaso, lo degustó y posteriormente volvió a dejarlo en la máquina de frío.

Finalmente, nos adherimos al asco del malogrado comprador de ese helado lleno de saliva.