Daniela Vega es un actriz transgénero que tiene un rol protagónico en la cinta dirigida por Sebastián Lelio, Una mujer fantástica y que ha recibido excelentes comentarios de la crítica del festival de cine de Berlín.

En la película interpreta a Marina, una mujer trans que debe enfrentarse a un entorno difícil defendiendo su dignidad como persona ante el rechazo y las constantes humillaciones de las que es obtejo.

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En una entrevista con T13, la también cantante lírica señala que “el recibimiento ha sido abrumador” y que “hay un interés grande por ver la película, por sentirla y aún mayor por compartir y querer saber más acerca de nosotros”.

“Han acogido mi personaje con mucho cariño. Creo que es bueno lo que está pasando en cuanto a la energía que nosotros estamos sintiendo y a la energía que estamos poniéndole a nuestro paso por la Berlinale”, agregó.

John MacDougall | AFP
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También se refiere a su rol como actriz, indicando “desde mi lugar como actriz defiendo a Marina, a través de su dignidad, de su dignidad, entereza y desde la película misma es un ejercicio de empatía que se manifiesta cuando vemos un personaje protagónico absoluto que lucha contra la adversidad y que es sometido a visiones morales distintas”.

La historia se centra en la vida de Marina (Daniela Vega), quien tiene una relación con un hombre 20 años mayor que ella, interpretado por Francisco Reyes. Sin embargo cuando este muere, es que comienza el sufrimiento de la protagonista ya que sufre la discriminación de la familia.

John MacDougall | AFP
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Daniela comenta también que la película ha sido vista por gente de distintos lugares “y lo que e recibido es que en gran parte del mundo existe esta ignorancia. Y de alguna manera existe esta contra ola, como dijo Sebastián el otro día, de personas que estamos dando la batalla desde el otro lugar, desde la otra trinchera, proponiendo y haciendo preguntas más que intentar responder preguntas. Más que intentar descubrir, queremos, o yo busco desde mi lugar, cuestionar los distintos espacios de realidad y moralidad que construimos como seres humanos”.

En cuanto a lo más difícil para ella en su rol de Marina, comentó que “lo más difícil que me tocó hacer netamente en el trabajo actoral fue incorporarle capas emocionales, una tras otra, sutiles, que fue administrándolas muy bien y dirigidas por Sebastián en el lugar preciso, de manera muy certera desde el trabajo direccional. Hay una complicidad entre el director y el actor. En este caso creamos complicidad con Sebastián, una mirada del Seba significaba algo y yo ya lograba interpretar su decisión y ya sabía cuáles eran las emociones y cómo acceder a ellas. Todo eso está presente en el guion, en la dirección, en el set y en el resultado final”.