Los televidentes que siguen el reality de Mega, Doble Tentación, han sido testigos de los constantes episodios de celos que ha protagonizado Angie Jibaja.

La actriz ingresó al encierro junto a su pareja de cuatro años, Felipe Lasso, quien está siendo tentado por una coqueta y perseverante Ámbar Montenegro, quien ha hecho de todo para lograr conquistarlo.

La guapa peruana, que interpretó a ‘La Suspirito’ en El Camionero de TVN, se ha descontrolado hasta el punto de pensar en dejar la casona. Su novio se ha mostrado activo en contenerla, calmando sus gritos y llantos. No obstante, en los últimos capítulos él reconoció que le gustaba la ecuatoriana y la relación de ambos se habría quebrado.

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El último de los episodios comenzó cuando Angie se enteró que Felipe había dormido con Ámbar, y ella supuestamente lo había abrazado. Enfurecida, encaró a Ámbar mientras tomaba desayuno y posteriormente se descontroló y golpeó las paredes con sus manos. Sus amigas Fernanda y Oriana intentaron calmarla, pero ella seguía expresando su rabia.

Las redes sociales reaccionaron inmediatamente, criticando a la actriz y alabando a Felipe por su inagotable paciencia.

Captura Mega
Captura | Mega
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No obstante, en Página 7 quisimos ahondar en el porqué de sus reacciones. En este contexto, Guillermina Guzmán, psicóloga y académica de la Universidad Diego Portales, explicó que en este caso “yo veo dos cosas; una es que como se trata de un reality, pueden ser conductas estudiadas y aprendidas” para mostrar al espectador que solamente observa, con el fin de generar un morbo.

“Por otro lado, independiente de que sea hombre o mujer, porque esto no es una cuestión genérica, en mi perspectiva estamos viendo una inmadurez en términos de la inteligencia emocional, y ésta obviamente va a generar una reacción desmedida, de mucha violencia, de mucho afán ególatra, en términos de posesión de alguien o de algo”, agregó la especialista.

Por su parte Jonathan Martínez, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas (UDLA), explicó a nuestro medio que “los celos pueden tener distintos significados para las personas, pero generalmente surgen frente a la amenaza hacia algo que yo considero parte mía o de mi propiedad. Para algunos puede ser una reacción de prueba de amor y preocupación por el otro, sin embargo, puede ser un indicador de problemas más complejos, como un trastorno de personalidad o, bien, de un trastorno delirante”.

En tanto otra especialista, Karima Chacur, psicóloga del Centro de Salud Mental (Cosam) de Concepción, señaló que “lo que se aprecia es que presenta un descontrol de impulsos, es decir, tiene dificultad en generar autocontrol, y el descontrol de impulsos tiene que ver con no haber adquirido la capacidad de autocontrolarse, lo cual se adquiere gradualmente desde la niñez”.

Ante esto, explica que “una persona puede ser impulsiva o tener descontrol con o sin una patología de salud mental. Por ejemplo, la gente con déficit atencional, con algunos trastornos de personalidad, pueden serlo, pero también hay personalidades ‘normales’ que presentan el rasgo. Entonces el origen puede ser bien variado“.

 

¿Qué debería hacer Angie?

Guillermina Guzmán es enfática: “Primero ponerse a estudiar. Es netamente voluntad del ser humano en términos de educarla; y educar las emociones parte por un proceso volitivo, es decir, un acto de la voluntad de querer darse cuenta qué es lo real que está pasando, porque obviamente en toda relación de pareja va a existir el estímulo de poder mirar otras realidades, y si yo creo que no valgo, porque esto también se da por una autoestima absolutamente baja de la persona. Como no se conoce, no se valora, todo lo que hay alrededor es un estímulo negativo y le mueve el piso”.

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A modo de ejemplo, Guillermina explicó que “cuando tú debes haber tenido 2 ó 3 añitos, seguramente tus papás eran seres absolutamente importantes para ti y si ellos miraban a otro niño, a ti te venía de inmediato una reacción de ‘no lo mires, no es más bonito que yo, pero mírame a mí, yo soy tu hija’. Entonces, si nos fijamos, aquí también hay conductas que si no se educan desde el ámbito de la voluntad, permanecen a través de los años cronológicos“.

De esta manera, explica que es normal que las personas reaccionen como lo hace Angie Jibaja, “porque la gente no se educa emocionalmente ni tampoco nuestros sistemas de salud ni educacionales tienden a ello, y hoy día más que nunca los padres no están haciendo las tareas que les corresponden”.

En tanto, Jonathan Martínez manifestó: “lo primero es destacar que la persona que presenta celos es una persona que sufre, dado que está en constante alerta frente a su pareja y el entorno, en general, es más o menos desconfiado de la mayoría de las personas. De ser un tema que interfiere significativamente en la vida de la persona, lo ideal es poder tomar una terapia, pero si no es tan complejo, lo que debe hacer es intentar eliminar la sensación de la posibilidad del término de la relación o del engaño, analizando las causas de sus celos y buscar evidencia real de éstos y qué los está manteniendo”.

A esto agregó que “aumentar y mejorar las formas de comunicación con su pareja, explicar situaciones que quizás le generan malestar, porque aunque suene simplista, confiar en el otro es uno de los elementos fundamentales y debemos eliminar formas patológicas que nos hacen pensar que el otro nos engaña. Por lo tanto, no revisar el celular, correos u otros medios de redes sociales de la pareja”.

Karima Chacur también coincide en relación a la terapia. “Independientemente de la causa, yo creo que si es una dificultad que se repite y/o genera problemas (a sí misma, a otros) sí debería tratarlo con terapia. En ella se podría profundizar más en causas, origen, etcétera”.

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¿Son normales los celos?

La académica de la UDP, señala que “hay un afán que todo ser humano tiene, de este deseo de poseer al otro, de ‘esto es mi propiedad’, entonces hay algo que se confunde, todo ser humano elige y decide con quién estar y hasta cuándo estar y cuando las personas tienen un índice de inseguridad tremendamente alto obviamente reaccionan con esas pataletas. Aquí lo que prima es el instinto primario básico”.

Finalmente, reiteró que lo que se debe hacer en estos casos es “educar nuestra voluntad para potenciar la inteligencia emocional”

En tanto, el profesional de la UDLA, aclaró que “los celos pueden demostrar varios elementos, por ejemplo, malas experiencias anteriores en donde efectivamente uno sufrió un engaño. Además, puede demostrar una inseguridad acerca de sí mismo, lo que se podría observar a través de una baja autoestima”.

Junto con ello explicó que “también pueden demostrar patrones de conducta aprendidas, por ejemplo, la persona pudo haberlo observado en los padres y aquello puede generar un aprendizaje de que ésta es la correcta forma de relacionarse con la pareja, es decir, sentir celos o bien demostrarlos como forma de amor”.