Este miércoles concluyó el ciclo 2016 de Nadie está libre, presentando la historia de tres jóvenes ‘reventados’ por el carrete y poco considerados con sus madres, quienes no daban más con sus excesos.

En este último episodio conocimos a Nicolás (21), Juan Pablo (20) y Matías (21), todos provenientes de familias con muy buena situación económica pero que viven en una burbuja producto de las fiestas, en las que incluso han arriesgado su vida debido al consumo excesivo de alcohol y drogas. Como si eso fuera poco, todos habían conducido más de alguna vez bajo estado de ebriedad.

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Es por ello que los padres de estos jóvenes, que no hacen nada más aparte de ‘carretear, llegaron a un punto crítico debido a las constantes peleas que tenían con sus hijos, y con la falta de atención que le ponían a sus consejos. En algunos casos, el uso de drogas por parte de los jóvenes también fue un factor que incidía en las malas relaciones.

No obstante, la historia que más llamó la atención fue la de Matías, pues su madre ya había estado presente en el programa, pero con otra hija, llamada Michaela Fernández, una estudiante de derecho de 20 años y madre de un niño de cuatro, al que solía dejar al cuidado de su mamá mientras ella salía de “carrete”. De hecho, ella fue una de las primeras participantes de este ciclo.

Su nombre es Gabriela Mais, y hace algunos meses, en conversación con LUN, señaló que quiso aparecer en el programa para ayudar a su hija. “Parten en las previas con los combos de piscola y se van a la una de la mañana a bailar cuando ya están curados, lo he visto de una forma excesiva. Y los papás les pasan los medios autos porque no tienen idea. Alguien tiene que dar la cara y fui yo“, explicó en aquella ocasión.

Canal 13
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A juzgar por el capítulo de este miércoles, Michaela no era la única conflictiva, pues Matías también presentaba serios problemas con las drogas, e incluso le robaba dinero a su madre para poder pagar sus vicios. Su ‘límite’ fueron cerca de dos millones de pesos. Y como si eso fuera poco, el sujeto también participaba de carreras ilegales de automóviles.

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Finalmente, Matías se comprometió a cambiar y aceptó el tratamiento ofrecido por la producción para solucionar sus problemas y adicciones. Cabe recordar que Michaela, su hermana, también reconoció estar equivocada y según su madre, también pudo cambiar su actitud y comenzó a preocuparse más de su hijo.

La doble aparición de Gabriela no pasó desapercibida en redes sociales, y fueron varios los televidentes que criticaron su actuar, debido a los dos hijos conflictivos. En tanto, en términos de rating, este último capítulo promedió entre las 23:41 y las 00:41, 9,3 puntos. En tanto TVN obtuvo un promedio de 5,4, Mega de 16,2 y CHV alcanzó las 7,5 unidades.