Ignacia Baeza es una joven actriz chilena de 30 años quien debutó en televisión en 2008, de la mano de la teleserie Don Amor de Canal 13, donde encarnó al personaje principal, Chantal Acevedo.
Aunque la teleserie no alcanzó el éxito esperado, pese a transcurrir en Puerto Rico y aprovechando el éxito del reggaetón en nuestro país, al año siguiente Baeza también fue parte de Corazón Rebelde, en el mismo canal. Esa fue su última teleserie en el 13, pues al terminar las grabaciones acabó su contrato.
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En 2010 se incorporó a TVN y allí fue parte de la exitosa teleserie de época Martín Rivas. Al año siguiente tuvo un rol antagónico en Témpano y luego vinieron producciones como Reserva de familia (2012) y Solamente Julia (2013), donde tuvo el rol protagónico.
Ese año quedó embarazada de mellizos, junto a su pareja, Thomas Greene. Durante este tiempo estuvo fuera de pantalla, donde según nos contó a Página 7, se dedicó exclusivamente al cuidado de sus hijos.
En 2015, en tanto, vuelve a las teleseries, participando en la nocturna La Poseída, pero debido a la fuerte crisis de la señal estatal, fue despedida antes que terminara su contrato. “Estuve un año y medio fuera de la televisión. Después hice La Poseída, y me quedaba un año de contrato pero debido a la crisis nos cortaron el contrato a muchos. En ese momento no había proyectos tampoco. Fue un golpe al ego pero bueno, ya pasó“, señaló.
Desde entonces pasaron seis meses y María Eugenia Rencoret la contactó para que se integrara a su popular área dramática, una oferta imposible de rechazar. “En TVN estuve seis años con la Quena, así que estoy feliz. Conozco al equipo, así es que es como volver a la casa. Me encanta cómo se trabaja acá y me encantaría seguir acá por mucho tiempo, es el lugar donde quiero estar hoy día“, contó a nuestro portal.
Y finalmente este 2016, Ignacia hizo su gran debut en esta área dramática de la mano de Amanda, la teleserie de las 15:00 horas donde encarna a Josefina, la prometida de uno de los hermanos Santa Cruz y que esconde un gran secreto.
Respecto a su personaje, la actriz señaló que es “una novia obsesionada, celosa y manipuladora”, y que debido a que su familia está pasando por una crisis financiera, ella debe casarse con Luciano (Carlos Díaz) sí o sí, pese a no estar segura si está enamorada. “Hay un tema de poder ahí. Josefina es muy oportunista y esto lo ve como su gran opción para salir de sus problemas. Además su suegra la ama, encuentra que soy una ‘niña bien’. Mi papel es de esas típicas minas que saben caer muy bien, saben con quién hablar, qué decir, y cómo comportarse“, agregó.
Para Ignacia este es el primer papel donde realmente interpretará a una villana, y aunque interpretar un rol así tiene sus consecuencias, con el público propiamente tal, ella está más que feliz e incluso asegura que su objetivo es ser ‘detestable’.
“Me encanta mi personaje porque siempre me ha tocado sufrir o ser la niña que llora y sufre. Ahora es todo lo contrario, soy una villana y lo encuentro muy entretenido, de hecho mi meta es caer mal, eso sería increíble, es como decir ‘personaje logrado’“, comentó.
Sobre qué tipo de rol es el que más le gusta, aseguró que si bien todos son desafiantes y tienen su gracia, se queda con el papel de villana.
“Me gusta porque ser villana es entretenido, juegas a ser lo que no eres en la vida real. Imagínate si yo fuera Josefina, sería horrible, sería una mala persona, no caería bien. Ser villana es genial, estoy fascinada porque todos tenemos un villano adentro y eso te permite jugar un poco más“, confesó.
Por último, le consultamos su opinión sobre las comparaciones que se han comentado con otras producciones como la turca Fatmagul y la chilena Purasangre, lo que no le parece nada extraño. “Yo creo que las buenas ideas se copian, es así. Y esto es como lo mismo, solo que las cosas se repiten de distinta manera, en distintas épocas y en distintos tiempos“, indicó. “Igual por lo que sé es que el personaje de “Amanda” viene a cobrar venganza, y en Fatmagul la niña no quería vengarse, por lo que ya es distinto. Y bueno, Purasangre…nadie se acuerda po’ jajajá“.
