Carmen Gloria Arroyo, de 51 años y madre de tres hijos, fue la invitada del segundo capítulo del programa El Cubo de Chilevisión.

La abogada, conocida como La Jueza habló de todo: de su época del colegio, de su vida familiar cuando era una niña, de sus hijos y de su fallido matrimonio.

Cuando repasaron la vida con sus padres, mostrándole una fotografía de ambos, inmediatamente se emocionó. Su voz se quebró.

Captura | CHV
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Su papá se fue de la casa cuando ella tenía 13 años, tras una discusión con su madre. Aseguró que nunca supo porqué ellos pelearon y luego él se fue. La Jueza señaló que “es una herida que está siempre (…) Si todos los padres tomamos conciencia de cómo vamos dejando huella en nuestros hijos y cómo eso influye en su vida. Pensaríamos las cosas dos o tres veces”.

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“Él decidió no verme más. Él se fue, yo tenía 13 años, no tenía la opción de buscarlo. Yo crecí sin saber de él, hasta que cuando salí del colegio, a los 16, decidí pedir explicaciones pero tampoco lo encontré”, relató Carmen Gloria. Decidida, contó que fue hasta Estación Central para viajar a Cabrero (región del Bío Bío) donde vivía su padre. Era invierno y llovía. Empezó a caminar y a empezar a recordar alguna situación que le permitiera identificar qué casa era la de su familia. Lo logró, se encontró con una tía, quien le dio de comer y le habló mucho. No obstante unas horas después, le entregó un pasaje para volver a Santiago.

“No lo vi, no apareció”, comentó.

Sobre las razones que su padre tuvo para no verla, ella dijo que hay muchas posibilidades. “Muchas veces he hecho la misma pregunta a los papás que pasan por La Jueza. No sé”, indicó.

Se encontró más adelante con él, quien reapareció en sus vidas prometiendo ayudar. Pero no volvió. Arroyo contó que le creyó cuando lo vio, cuando hablaron, y que incluso no sintió rabia. Hasta comentó que “fui injusta con mi mamá, fui desleal”, pues le aguantó todas sus ideas, sobre todo cuando le dijo que su padre volvería a vivir a la casa. Probablemente, según cree, su madre sabía que no volvería.

Finalmente, Carmen Gloria confesó que no le gusta hablar con la voz quebrada, y que no siente pena por la vida que tuvo, pues le permitió ser quien es hoy.

Los televidentes que fueron testigos de este relato destacaron su fortaleza y valentía.