José Miguel Navarrete, es el hombre que está detrás Stephanie “Botota” Fox, el popular personaje que se roba toda la atención en el espacio de transformistas de The Switch.

Con más de 10 años de carrera como comediante, principalmente en el ambiente gay, José Miguel se ha consolidado como uno de los transformistas más exitosos del país. Un hecho que lo prueba es que en cada emisión del programa de Mega, la Botota es la favorita indiscutida en redes sociales.

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A través de este espacio, hemos podido conocer la vida íntima de varios participantes, y Fox no ha quedado ajena a las crudas confesiones que los transformistas han hecho frente a sus compañeros.

En ese contexto, José Miguel reveló en una ocasión haber sido víctima de abuso sexual por parte de su padrastro, una realidad que muy pocos conocían y que por lo mismo dejó atónitos a sus fanáticos.

Respecto a este hecho puntual, el personaje que por estos días triunfa con su obra “Botota y sus amigas” en el teatro Coca-Cola City, estuvo invitado al estelar de conversación de La Red, Mentiras verdaderas, y allí explicó el porqué había contado esta historia tan íntima.

“Si lo conté fue porque salió de la nada, no tenía la intención de ir a contarlo porque si hubiese sido por eso lo habría dicho hace rato”, señaló. Agregando que, pese a que es su verdad, igualmente le pide disculpas tanto a su familia como a la familia de su padrastro.

“Quiero pedirle disculpas a la familia de él, ellos no tienen la culpa. Todo se paga en esta vida, Le pido disculpas a mis hermanas por si se sintieron mal por haber atacado a su padre. Por un momento, uno lo entiende, es su padre y va a ser su padre el resto de su vida. Pero no es mi padre, no tengo nada que agradecerle”, expresó.

Frente a la pregunta de Franzani, de por qué le pedía disculpas a la familia de este personaje, Botota señaló que su error fue no haberlo confesado antes, cuando sus hermanas se lo preguntaron, pero en ese entonces no era fácil. Y agregó que ahora lo hizo porque pese a que no le provoca ningún dolor, necesitaba sacárselo.

“No se lo doy a nadie. Creo que cuando uno tiene que contar cosas malas, hay que hacerlo al tiro. Lo bueno es que yo tengo el escudo del humor”, remató.

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