En noviembre de 2013, el destacado actor de la saga Rápido y Furiosos murió tras chocar sobre un Porsche Carrera GT de 2005 que era conducido por su amigo y asesor financiero Roger Rodas, quien también perdió la vida en el accidente.

El tiempo ha pasado y las heridas por la partida de la estrella de Hollywood aún o han cerrado, sobre todo en su familia.

En esta oportunidad fue su hija Meadow Walker de 16 años quien puso el tema nuevamente en la palestra, tras denunciar al fabricante de automóviles alemán de negligencia por el deceso de su papá, aludiendo a fallas en el sistema de seguridad del deportivo, en específico, al diseño de la carrocería y a los cinturones.

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Tras su demanda vino la réplica de Porsche, quien a través de un comunicado de prensa acusó a los ocupantes del vehículo de “conducción temeraria y una velocidad excesiva”, tal como lo establecieron en su momento las autoridades a cargo del lamentable caso.

De acuerdo a lo informado por diario El País de España, Calvin Kim, portavoz de Porsche en Estados Unidos, detalló a la cadena de televisión CNN que “como hemos dicho anteriormente, nos entristece cuando cualquier persona sufre daños en un vehículo Porsche, pero creemos que los informes de las autoridades en este caso establecieron claramente que este trágico accidente se produjo por conducción temeraria y una velocidad excesiva”.

Cabe recordar que la velocidad al momento del impacto del Carrera GT se cifró en 151 km/hr, sin embargo, los abogados de la familia Walker reclaman que realmente se movilizaba entre 101 y 114 km/hr. Por otra parte, la viuda del conductor del bólido, en 2014 ya había presentado una denuncia contra Porsche, aludiendo a motivos similares a los que reclama la hija de Paul Walker.