Este domingo te contamos sobre los “retos” de la madre de Karol Dance a través de Whatsapp, pero no sólo él desnudó las conversaciones que tiene con su progenitora, hubo varios famosos más que quisieron dejar en evidencia a sus “tiernas” mamás.

Si la mamá del rostro de Mucho gusto le llama la atención cada vez que habla alguna infidencia de ella o reclama por cómo cocina, la mamá de Lucía López no la deja ni trabajar tranquila, pues cuando la periodista está al aire en su programa en Radio Universo El Pulso, Lucía Guerra no pierde ni un minuto para dar su opinión.

Me escribe cosas que le están pasando para que lo diga al aire. A veces, cuando es una opinión sobre un tema que comentamos la menciono como una auditora más”, señala la comunicadora a LUN. Pero eso no es todo, pues también le pide indicaciones en plena transmisión o le pide favores, incluso, cuando López se encuentra fuera del país.

Otro que “sufre” con este tipo de conversaciones es José Miguel Viñuela, principalmente porque su madre lo “sube al columpio” cada vez que puede. “Estaba viendo unas fotos de cuando era chico y se me ocurrió preguntarle a mi mamá por WhatsApp si el Diego se parecía a mí cuando chico, y respondió que sí, pero durmiendo, jajajá”.

LUN
LUN

En tanto, Juan Pablo Queraltó, panelista de SQP, reconoce que cuando le regaló un smartphone a su madre, se volvió “full tecnológica”, sin embargo, aún tiene sus problemas con el chat, y sufre con el autocorrector o los mensajes de audio. “También, a veces, me escribe desesperada diciendo que el teléfono murió y es porque se le pierden los íconos”.

LUN
LUN

Por último, Kel Calderón también tuvo algo que decir sobre Raquel, pues asegura que pese a tener un estricto horario de estudio para que nadie la interrumpa, Argandoña se hace “la loca”. “A ella le gusta venir a almorzar conmigo de puro regalona. Hasta ahí bien, pero me habla a cada rato. Voy, me dice. Dejo de leer y le respondo. Cinco minutos más tarde me dice que viene en tal calle, dejo de leer y le contesto otra vez. Después que le faltan seis cuadras, entonces me desconcentra. Le digo que llegue nomás, de una, para qué avisarme si viene en el portón”, remata Kel.