Hace casi un mes que Patricio Laguna y Yanina Halabi están distanciados. El violento episodio que vivió la bailarina con una entrenadora en un gimnasio de la capital, terminó por colmar la paciencia del ex modelo.

La pareja llevó la situación a los Tribunales de Familia y de acuerdo al dictamen del Centro de Medidas Cautelares de éste, Laguna quedó a cargo del cuidado de sus dos hijos.

Halabi, en tanto, se encuentra viviendo en la casa de unos tíos, pero asegura que aún no está preparada para un “no definitivo”. También reconoce que debió pedir perdón, pues “no debería haber reaccionado así”.

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En entrevista con LUN, la bailarina de Vértigo, confiesa que son seis años de relación que no está dispuesta a tirar por la borda. Hoy vive este distanciamiento con más pena, porque pese a que han tenido protagonizado varias discusiones en el pasado, el que sea mediático, dificulta más las cosas.

Lo que más le duele son las críticas y los adjetivos que ha recibido, pues muchos la han tildado de celópata y loca. “Creo que todas las mujeres tenemos un grado de celos, y sí, soy celosa, pero ¿cómo no lo voy a ser con el hombre que tengo al lado?”, admite.

Aunque esto no sería un sentir gratuito, pues la ex modelo recuerda que desde que Patricio la engañó el 2009, al comienzo de la relación, siempre se ha sentido insegura. “Fue hace mucho tiempo, pero uno siempre está con la duda. No he visto algo concreto después, pero me paso rollos por la manera en que comenzó nuestra relación”.

Dentro del mea culpa que hace Halabi, reconoce que es “muy catete” con el Patricio, le revisa el celular y es buena para enganchar con discusiones, dado su carácter explosivo. Las discusiones, por lo general, comienzan por recriminaciones del pasado y en ese momento es cuando se desata el caos.

Soy explosiva e hincho al Pato. Mi mayor error es que me cuesta pedir perdón, siempre trato de tapar con tierra las cosas y dejo que pase, después me acerco así nomás, sin pedir disculpas. Pero esta vez reconozco que me equivoqué. También soy impulsiva y no bajo las revoluciones en el minuto, me enrabio y no hay caso”.

Por último, Yanina manifiesta que tiene la intención de arreglar las cosas pues considera que Laguna es el amor de su vida, por lo mismo comenzará una terapia para “bajar las revoluciones”, y también quiere medicarse. Y aunque no sabe si él tendrá la paciencia para esperarla, está dispuesta a tratarse y salir adelante.

Un tratamiento me haría bien porque quizás voy a tener celos siempre, pero no serán tan explosivos”, remata.