Comprometerse con una persona, en términos amorosos, puedes ser un tema realmente complejo para algunas personas. Más allá de la edad o la madurez, hay quienes se aferran tanto a su soltería e independencia que nunca se atreverán a dar un paso más allá junto a su pareja, incluso cuando ésta lo pidiendo a gritos.

Y justamente ese es el problema, cuando una de las dos personas quiere avanzar o simplemente saber en qué etapa de la relación están, y el otro parece no estar muy convencido, a menudo por problemas de comunicación.

Lee también: Estudio revela los beneficios y desventajas del sexo ‘sin compromiso’

Probablemente si eres de espíritu libre y estás con una persona que comparte esa visión, esto no va a ser un tema, pues ambos lo pasarán bien y disfrutarán de su libertad e independencia todo el tiempo. Pero para aquellos que viven con la duda constante, el portal de citas Match.com, ha compartido una serie de señales que podrían ayudarte a detectar a un “fóbico (a) al compromiso”, de la mano de la escritora y especialista en relaciones de pareja Valeria Schapira.

Más vale prevenir que curar

1.- Va demasiado rápido: El entusiasmo inicial en una relación es algo que a todos les pasa, pero todo tiene límites, pues una persona que quiera prácticamente casarse en la primera cita, es para desconfiar, básicamente por lo poco realista e ilusorio de la propuesta. “Es probable que el retroceso sea tan rápido como el comienzo, cuando tomen conciencia de su propia conducta“, señala Schapira.

2.- Protagoniza extrañas desapariciones: Las conductas evasivas son una clave por donde se les mire. Alguien que realmente quiere comenzar a construir una relación, no aparece y desaparece sin explicación. Por lo que debes estar atento (a) a esa alerta. La especialista asegura que “si bien todos tenemos obligaciones, alguien que está interesado en otra persona y se encuentra con falta de tiempo para verla, se lo hará saber y buscará formas de mantener el contacto“.

3.- No sabe lo que quiere: Es obvio que en el comienzo nos tomemos tiempo para evaluarnos, evaluar al otro y también a la relación. De hecho es importante para conocer el terreno donde estamos pisando y si es realmente firme para construir algo, pero si la duda se vuelve eterna…es mejor cambiar de superficie.

4.- Tiene un historial de relaciones con finales inconclusos: Las personas maduras que mantienen relaciones serias cierran sus vínculos con una conversación sincera, es lo mínimo que se merece una persona con la que has compartido tu intimidad, señala Valeria. En cambio, los “fóbicos” al compromiso suelen escapar de esa escena, abandonando a la otra persona y dejándola llena de interrogantes y culpas.

5.- Es ambiguo/a respecto a su situación, su idea con respecto a una relación, lo que busca, etc.: Muchas veces no lo hacen de manera consciente, pero termina provocando que su incapacidad para tomar decisiones se traduzcan en inseguridades con las que tendrá que lidiar la otra persona. “Encarar la construcción de la relación requiere empezar a transitar un camino interpersonal en el que hay que tomar definiciones. Quien nada en la ambigüedad, se ahoga en su propia falta de certezas“, indica la experta.

6.- Disfruta generando ansiedad: A este tipo de personas les gusta el juego del gato y el ratón, es decir, ser constantemente buscado. Se acerca, luego desaparece, y cuando ve que la relación comienza a desgastarse, vuelve a aparecer para continuar con la misma técnica repetidas veces. “El problema de este mecanismo es que provoca ansiedad, angustia y desconcierto en su ‘víctima’“.

7.- No planifica: Ni siquiera se toma el tiempo de organizar panoramas que requieran día y hora clara. Evita hacer planes y responde con frases tipo como “sí, juntémonos, luego nos ponemos de acuerdo”, y ese “luego” no llega nunca. “Un fóbico no hace planes porque simplemente no sabe si podrá, o querrá, sostenerlos“, puntualiza.

¿Qué pasa con ese “amor virtual”?

La especialista asegura que es muy simple descubrir a un fóbico al compromiso en esta realidad, pues las conductas antes descriptas “se reflejarán en su ausencia virtual por días, interrupción de contacto y reaparición sin explicaciones“, explica.