Por dos años Judy O’Connor acompañó a su hijo a cada una de sus clases para obtener el grado de MBA (Master in Business Administration / Magíster en Administración y Dirección de Empresas) luego de que una caída por las escaleras lo dejara en situación de discapacidad física.

Ella, una profesora de escuela primaria jubilada, tomó notas y llenó a mano las respuestas en las pruebas de su hijo Marty, de 29 años, quien quedó tetrapléjico en 2012, lo que le impide realizar aquellas tareas.

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Cuando Marty se puso la meta de obtener un MBA en la universidad de Chapman, en el condado de Orange, California, Estados Unidos, Judy puso todo de su parte para ayudarlo, incluso mudarse desde Florida, donde vivían, hasta el otro lado del país.

“Cuando un miembro de la familia tiene una lesión de la médula espinal, te sientes tan indefensa. Como madre quería involucrarme y arreglar las cosas. Quieres ayudar a tus hijos. Cuando tus hijos te necesitan, ahí es donde debes estar”, comentó la orgullosa madre al medio estadounidense Today, tras la graduación, donde no sólo Marty recibió un diploma.

El joven había logrado su título de pregrado en la Universidad de Colorado previamente y estaba trabajando como vendedor cuando sufrió el accidente que le cambió la vida.

“Después de la lesión, no sabía para dónde ir. No tenía ninguna dirección. Sólo me enfoqué en la terapia física a la que asistía 5 veces a la semana. Si bien mi cuerpo estaba mejor producto de eso, mentalmente simplemente estaba perdido, necesitaba un desafío mental y quería sumar algo de valor profesional a mi currículum”, relató Marty sobre su decisión de sumarse al MBA en un blog de la institución educacional.

Tras dos años, la universidad sorprendió a Judy entregándole un grado honorario, en una decisión que fue aplaudida y vitoreada por el resto de sus compañeros y que emocionó incluso al presentador, quien contó todo lo que la madre había hecho por su retoño.

Yo me sentí tan emocionada y honrada. Miramos y vimos a todos los maravillosos jóvenes que habían pasado dos años con nosotros, ahí de pie y haciendo palmas. Me sentí como si hubiera estado allí con ellos. Fue un momento maravilloso para mí, estoy muy orgullosa”, comentó Judy.

“No hay manera de que pudiera haber hecho esto sin mi madre. Ella ha estado allí cada paso del camino”, dijo emocionado el joven master en negocios que inicia una nueva etapa de su vida, siempre de la mano de su compresiva y amorosa mamá.