Sin duda, terminar una relación amorosa resulta complicado, sobre todo uno si uno de los involucrados no lo deseaba. Es este sufrimiento y el dolor lo que inspiró a cinco académicos de la Universidad de Colorado (EEUU) a encontrar un particular método para combatir la asociación de estas emociones con un quiebre amoroso.

Según indicó Leonie Koban, uno de los autores de la investigación, el término de una relación “es una de las experiencias emocionales más negativas que una persona puede vivir y que puede influir de forma importante en el desarrollo de problemas psicológicos”.

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Tal como lo explicó el investigador en el documento publicado en la revista científica Journal of Neuroscience, y analizado en el portal de noticias Neuroscience News, “este tipo de dolor social incrementa 20 veces el riesgo de desarrollar una depresión”.

Hernán Piñera (cc) | Flickr
Hernán Piñera (cc) | Flickr

Para desarrollar el estudio, los científicos reunieron a 40 voluntarios que habían experimentado un quiebre amoroso no deseado durante los últimos seis meses. Además, se les solicitó a los participantes traer una fotografía de sus ex parejas y otra de un amigo del mismo género. La metodología consistía en observar la imagen de sus ex y recordar con ella la ruptura, y luego de esto, debían mirar la foto de sus amigos. Todo esto ocurría mientras estaban sometidos a un leve dolor físico en su brazo izquierdo.

A medida que una máquina de resonancia magnética rastreaba su actividad cerebral, los voluntarios calificaban cómo se sentían en una escala del 1 (muy mal) al 5 (muy bien). Si bien no eran idénticas, la zonas cerebrales que se iluminaron durante el dolor físico y emocional eran bastante similares, demostrando así que el dolor de un “corazón roto” existe. “Sepa que su dolor es real. Neuroquímicamente real”, señaló otro de los autores de la investigación, Tor Wager.

Después de este procedimiento, se les aplicó el “remedio”. A una mitad de los voluntarios se les dijo que era un spray con un poderoso y efectivo analgésico que reducía el dolor emocional, y a la otra mitad que era simplemente una solución salina.

El grupo que había probado el mágico spray no sólo aseguró haberse sentido mejor física y emocionalmente, sino que también su cerebro respondió de forma distinta a las imágenes de sus ex. Pero esta milagrosa “medicina” no contenía ningún componente especial y sólo se trataba de placebo, es decir, una sustancia inerte.

Artem Poleshchuk (cc) | Flickr
Artem Poleshchuk (cc) | Flickr

“Nuestra postura es que si tiene expectativas positivas éstas influyen en la actividad de la corteza pre frontal del cerebro, lo que genera respuestas neuroquímicas de opioides y dopamina”, explica Wager.

En conclusión, las expectativas y las predicciones tienen una gran influencia en cómo vivimos, sentimos y percibimos las cosas. Finalmente, si recientemente has terminado una relación, o tu pareja te ha dejado, “hacer cualquier cosa que tú creas que te va a ayudar a sentirte mejor, probablemente te ayudará a sentirte mejor”, concluyó Koban.