Como cualquier niña de nueve años la pequeña Amber Hagerman salió a andar en bicicleta junto a su hermano menor. Pero un cambio en su ruta provocó uno de los casos de secuestro, violación y asesinato más emblemáticos de la historia de Estados Unidos, el crimen que motivó la creación de una alerta que ha salvado a cientos de niños.

El 12 de enero de 1996 la ciudad de Arlington, Texas, quedó en vilo tras la desaparición de la pequeña. Un testigo, identificado como Jim Kevil, declaró haber visto cómo un hombre, posiblemente blanco o hispano, se llevó a la niña, que jugaba en el estacionamiento de una tienda abandonada cerca de la casa de sus abuelos, en una camioneta negra.

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La familia, los amigos, los vecinos y la policía iniciaron una intensa búsqueda para dar con Amber y el secuestrador. Sólo cuatro días más tarde un hombre que paseaba a su perro encontró el pequeño cadáver junto a un arroyo, recordó Daily Mail.

Reviviendo el dolor

Tras la desaparición de Amber fue su abuelo, Jimmie Whitson, el primero en activarse. Manejó por toda la ciudad buscando a la niña o cualquier pista que lo llevara a ella.

Para la familia se trataba de algo tremendamente doloroso y desgraciadamente conocido, pues Amber era la segunda pequeña de su familia que había sido secuestrada. Otra de las nietas de Whitson, de dos días de edad, había sido secuestrada por su padre en 1991 y sólo lograron recuperarla 10 horas después de su desaparición.

Si bien ese caso tuvo un fin positivo, el de Amber fue completamente distinto.

Amber a sus 9 años fue violada y luego de mantenerla con vida por dos días, el secuestrador la degolló y arrojó su cuerpo a un canal de desagüe, no muy lejos de su casa. El asesino jamás fue atrapado.

“No me voy a rendir, un día de estos van a atrapar al asesino, confío en la policía y sé que habrá castigo para el hombre que me arrebató a mi angelito”, señaló la madre, Donna Norris, entre lágrimas a los medios cuando se cumplieron 20 años de la muerte de su hija, según consignó CBS.

El Legado

Poco después del asesinato de Amber, Donna inició una campaña para conseguir la creación de leyes más estrictas. El abuelo incluso fue al congreso a solicitar el establecimiento de un registro nacional de delincuentes sexuales, cosa que en 1996 se hizo realidad bajo la firma del presidente Clinton y en homenaje a otra víctima de un delincuente sexual y asesino, la pequeña Megan Kanka.

Por otra parte, y debido al impacto que causó el asesinato de la hija de los Hagerman, los empresarios radiales de Texas, con el apoyo de algunos congresistas, crearon la denominada Alerta Amber, un sistema que permitía dar información oportuna sobre secuestros de menores en el norte del estado.

Tres años más tarde, las cadenas de televisión se sumaron al esfuerzo y comenzaron a emitir boletines inmediatos y la disposición fue rápidamente replicada en otras zonas de Texas y en otros estados del país.

Hoy por hoy y después de que George Bush la transformara en ley en 2003, la Alerta Amber, que además significa America’s Missing: Broadcasting Emergency Response (Desaparecidos en América: respuesta de difusión de emergencia) funciona en medios de todo Estados Unidos y también en México y Canadá y sistemas similares han sido adoptados en país como Alemania, España, Emiratos Árabes Unidos y Gran Bretaña, entre otros. Incluso hoy se utilizan los anuncios publicitarios en la calle, mensajes de texto, emails y hasta Facebook para entregar la alerta.

La alerta Amber ha permitido rescatar a al menos 700 niños en Estados Unidos a la fecha, siendo el mejor homenaje para la juguetona niña que andaba en bicicleta en una tienda abandonada y que perdió la vida por la acción de un delincuente que sigue libre.