Varios son los casos en que los peores criminales de la historia finalmente terminan manteniendo relaciones amorosas desde la cárcel o derechamente casándose con mujeres a las cuales no les importan los delitos que han cometido.

Uno de ellos es el de Charles Manson, quien actualmente tiene 82 años y que cumple cadena perpetua tras liderar un culto que terminó asesinando a nueve personas hace casi 50 años.

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También está el caso Anders Bhring Breivik, que debe cumplir una sentencia de 21 años tras ser encontrado culpable del asesinato de 77 jóvenes en 2011.

Tales hechos parecen no importarles a algunas mujeres que les envían cartas de amor y admiración. Este es un fenómeno extraño aunque no tan inusual y tiene el nombre de hibristofilia, que consiste en la atracción sexual por las personas que “cometieron una atrocidad o un crimen, ya sea una violación, asesinato o robo armado”, según consigna T13.

Como toda parafilia, esta se considera como una forma de obtener placer sexual lejos de lo que se considera normal para la sociedad. Hasta el momento no existen datos concretos sobre cuánta gente la tiene, ya que no se trata de una enfermedad, sino que de una preferencia sexual que se manifiesta en distintos grados de intensidad.

Según el doctor Mark Griffiths, profesor de Psicología de la Universidad de Nottingham Trent de Reino Unido, para entender mejor la hibristofilia se necesitan más estudios empíricos, ya que lo que existe se basa en “evidencias anecdóticas de entrevistas y libros populistas“.

Mientras que la sicóloga Katherine Ramnsland, luego de entrevistar a una serie de mujeres con este comportamiento determinó que existen al menos tres motivos que generan esta atracción.

1. Con su amor pueden cambiar a malos hombres y redimirlos.
2. Otras sienten lástima, pena o incluso ternura por el hombre encarcelado debido a su instinto maternal.
3 En tanto otro grupo, quiere solamente compartir parte de la fama, para llegar a firmar un contrato para una película o un libro.

Algunas mujeres comienzan a enamorarse viendo sus fotos o leyendo sobre sus actos. Primero le escriben y luego pasan a llamarlos por teléfono o enviarles dinero. Aunque en otros casos solo se mantiene una relación a distancia, generando una ‘fantasía romántica‘.

Aunque no hay un dato que explique por qué esta parafilia se concentra más en mujeres, algunos autores como Richard Wrandgham, León F. Seltzer o Dale Peterson han señalado que algunas mujeres relacionan la violencia con la fuerza y el poder.