Cargó durante más de cuatro décadas con las burlas y temores de sus vecinos y también con un gigantesco tumor del tamaño de una sandía en la espalda.

La abuela, conocida solamente como Mariette, hoy tiene más de 60 años, pero, cuando tenía 20, su vida comenzó a cambiar, de manera rotunda, cuando el tumor comenzó a crecer.

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El tumor, afortunadamente benigno, creció hasta medir más de medio metro y pesar 4 kilos y medio. El peso era mayor al de un bebé recién nacido e incluso desarrolló su propio influjo de sangre, haciendo que palpitara de manera dramática, según cuenta Mariette.

Los transeúntes le hacían el quite y los niños se alejaban de ella o hacían crueles bromas. Lamentablemente, sumida en la pobreza, jamás pudo acceder a ayuda médica ni menos pagar una cirugía.

Eso la llevó a cargar con el peso por 40 años y soportar crueles dichos de las personas, que incluso la llamaban monstruo. Otros decían que el lipoma, una masa suave y grasosa que crece bajo la piel, había sido causado por magia negra.

Algunos decían que era un embrujo. Los vecinos les decían a sus niños que ‘el monstruo’ los iba a agarrar. La parte más difícil fue esa. Le decían a sus hijos que me temieran y cosas como ‘no te acerques a esa anciana’“, recordó la mujer con tristeza, según consigna Mirror.

A pesar de las dificultades Mariette se enamoró, se casó, tuvo seis hijos y ya tiene seis nietos. Su felicidad se completó en octubre de 2014 cuando finalmente pudo remover el tumor, gracias a un equipo especial de médicos voluntarios que visitó Madagascar, en una operación de Mercy Ship, el barco hospital de caridad que recorre África y otras latitudes del mundo atendiendo a pacientes que no tienen más opciones de tratamiento médico.

“Cuando veías a Mariette no notabas nada hasta que hacía un sutil giro, ahí veías aquel gigantesco tumor en su espalda”, recordó Roy Hanks, el cirujano voluntario que vio el caso de esta mujer de Madagascar.

Después de breves exámenes los doctores la operaron, sacando, literalmente, un gran peso de sus hombros, y lo mejor: de manera absolutamente gratuita.

La operación, sin embargo, no fue tan simple, pues había riesgo de dañar los nervios y vasos sanguíneos de los músculos circundantes. Además la piel también podía verse afectada.

Los exámenes revelaron que el tumor estaba adherido a la piel por lo que, al momento de la operación, los médicos debieron tener extremo cuidado con las venas, pues cualquier corte pudo significar que Mariette se desangrara hasta la muerte. Pero, afortunadamente todo resultó de maravillas y desde que el tumor desapareció, la vida de esta amorosa abuela se transformó.

“Estoy tan feliz. El tumor estaba perturbando mi vida, pero no teníamos el dinero para la cirugía. Sólo quería ser libre. Estaba esperando por un largo tiempo una solución. Estoy agradecida de los cirujanos. Sin ellos, nunca habría sido capaz de eliminar esa carga. Esta es mi liberación”, cuenta Mariette.

Ahora, por primera vez desde que tenía poco más de 20 años, ella puede tender de espalda en su cama y usar ropa sin que su tumor sea un problema. Gracias a Mercy Ships, la organización no gubernamental de caridad fundada en 1978 y que opera el hospital ‘flotante’ más grande del mundo, Mariette puede caminar sin crueles miradas ‘cargando’ su espalda.