Sin duda las mascotas con el tiempo pasan a ser parte de la familia y por lo tanto  necesitan atenciones y cuidados especiales de acuerdo a sus necesidades.

Una alimentación saludable es vital para mantener en buen estado a nuestros hermanos menores, pero si se tiene un perro, se debe prestar especial atención a lo que consumen.

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Es cierto que muchas veces los canes insisten en que se les de comida de humanos, sin embargo caer en esta mala costumbre puede ser perjudicial para los perritos ya que incluso pueden ocasionarles la muerte.

Según señala la médico veterinaria Francisca Montero, “la flora intestinal de los humanos es mucho más variada que la de nuestros animalitos, por lo que podemos digerir distintos tipos de alimentos sin enfermarnos, a diferencia de ellos“, según consigna Emol.

La experta señala que hay que poner especial cuidado en los cachorros, que son los más propensos a comer todo lo que cae al suelo y que son difíciles de digerir por ellos “ya que en esa etapa de la vida sus enzimas digestivas están escasamente activas y una indigestión puede tener consecuencias irreversibles“.

Respecto a la ingesta de carne y huesos de pollo o vacuno, Montero es clara en señalar que no se le debe dar a los perros ya que puede ocasionar problemas como perforaciones en el paladar, hocico, estómago o recto, además de dañar las mucosas de su tracto digestivo o provocar obstrucciones intestinales.

En caso de que por casualidad llegara a consumir estos alimentos, podría provocarles fuerte dolor intestinal, vómitos o diarrea con sangre, lo que produce deshidratación y decaimiento.

Otro de los alimentos que también está estrictamente prohibidos es el chocolate. Si el can consume una pequeña cantidad lo más probable es que sufra de esofagitis por reflujo. Mientras que si come una alta dosis, puede causarle vómito, diarrea, taquicardia, convulsiones e incluso su muerte.

Estos efectos se producen debido a la teobromina, estimulante que es el que provoca placer en las personas, pero que para los perros resulta tóxico ya que no la pueden metabolizar. “Mientras más cacao contenga el chocolate, más tóxico será para la mascota. El chocolate amargo, por ejemplo, contiene 0,5% de teobromina, por lo que un perro de 10 kilos mostraría signos de intoxicación al ingerir desde 225 gramos de esta golosina”, indica la veterinaria.

Respecto al resto de los dulces, Montero aclara que hay que poner especial atención en productos que contengan un edulcorante llamado Xilitol, porque en los animales estimula la secreción pancreática de insulina provocando una baja de azúcar o hipoglucemia.

Otros alimentos que no deben consumir son:

-Uvas y pasas: causan insuficiencia renal, vómito, diarrea y letargo.
-Papa y laurel: resultan tóxicos para ellos
-Lácteos: no tienen la enzima para digerir la lactosa
-Palta: puede afectarle las vías respiratorias
-café y alcohol: pueden provocar la muerte
-Ajo y cebolla: puede provocar insuficiencia renal y anemia por contener un componente llamado tiosulfato

Los animales no asocian comida con placer, ya que para ellos lo que comen solo es un medio de subsistencia. El placer lo obtienen de estar saludables y de jugar con sus amos“, explicó.

También aclara que que “un perro que pide comida cuando estamos sentados a la mesa, puede estar haciéndolo por razones que no son ni la glotonería ni el hambre, sino para demostrar que tiene acceso a los recursos del grupo“.

“Los hábitos se adquieren rápidamente mientras el dueño intenta complacer a su perro, satisfaciendo varias de sus demandas de alimento y este por su parte, intenta obtener un estatus social lo más elevado posible. Cuanto más se relaciona con sus dueños a través del regalo alimentario, más difícil resulta la relación”, finalizó.